En marzo la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recibió nueve denuncias por uso indebido de nombre comercial, logotipo y datos fiscales de entidades registradas en el Sistema de Registro de Prestadores de Servicios Financieros (SIPRES). Un mes después se agregaron seis casos más (Takafin, Fomento Económico del Noroeste, Estrategias Festian, Finvivir, Masari Casa de Bolsa y Axtum), lo que eleva a quince el número de instituciones suplantadas en el bimestre.
Así operan los suplantadores
Las organizaciones falsas replican la identidad visual de las financieras legítimas y contactan a posibles clientes por anuncios en redes, correos masivos o llamadas. Su oferta es siempre un crédito “exprés” con requisitos mínimos, pero condicionan la liberación del préstamo a pagos por adelantado (gestión, seguros, “apertura”); una vez que el depósito se hace, desaparecen.
Riesgos para equipos financieros y pymes
Para tesorerías que buscan liquidez rápida, la suplantación agrega un riesgo reputacional y de flujo de caja: el anticipo perdido se combina con la brecha de financiamiento que la empresa ya necesitaba cubrir. Departamentos de cuentas por pagar y cobrar también quedan expuestos a fugas de datos al enviar estados financieros o información fiscal a un tercero ilegítimo.
Cómo verificar y proteger el flujo de caja
- Consulta directa en SIPRES: toda entidad autorizada aparece con razón social, RFC y oficinas verificables.
- Desconfía de solicitudes de prepago: ningún intermediario regulado exige cuotas antes de depositar recursos.
- Canales oficiales: correos con dominios genéricos o números celulares sin respaldo web son señales de alerta.
Si tu empresa necesita capital de trabajo inmediato, opta por plataformas registradas y supervisadas. Un ejemplo es Xepelin, donde adelantamos el cobro de facturas ya emitidas, sin anticipos ni gestiones externas, y los recursos llegan a la cuenta corporativa en horas.
La operación se firma electrónicamente con folio verificable ante autoridades financieras. Sin promesas de “crédito exprés”, sólo liquidez respaldada por contratos válidos.