Antes de ejecutar un nuevo proyecto en tu empresa, hay ciertas cosas que necesitas evaluar para comprobar su rentabilidad futura, y así confirmar que este no generará pérdidas económicas.
Es decir, deberás determinar su viabilidad financiera, la cual te permitirá conocer si los recursos necesarios para llevar a cabo cada proyecto estarán presentes en el momento justo y si sus posibles ganancias superarán la inversión inicial que requiere, entre otras cosas.
Realizar este análisis es un paso que no puedes omitir antes de llevar un nuevo proyecto a la realidad y aquí te diremos cómo ejecutarlo de principio a fin, lo que conlleva, y los demás factores que necesitarás tomar en cuenta para comprobar que iniciar un nuevo proyecto será, en realidad, una buena decisión.
¿Qué es la viabilidad financiera?
La viabilidad financiera es la capacidad que puede tener un proyecto para llevarse a cabo económicamente y generar un retorno superior a la inversión que requirió, considerando su contexto específico. Es decir, indica qué tan posible sería realizarlo con los recursos disponibles y qué tan probable es que este sea rentable.
¿Qué es un análisis de viabilidad financiera y cuál es su propósito?
Por su parte, un análisis de viabilidad financiera es un proceso de evaluación que busca determinar, de manera fiable, qué tan probable es que un proyecto específico se lleve a cabo y genere beneficios, o sea, qué tan exitoso será desde un punto de vista financiero.
Su propósito es el de brindar suficientes datos para tomar una decisión informada sobre si invertir o no en un proyecto específico, buscando minimizar cualquier riesgo de pérdida. Sin una evaluación de este tipo, una organización arriesga gastar grandes cantidades de dinero en planes que, de forma realista, no recuperarán el dinero invertido y no generarán mayores ganancias.
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¿Cuándo debe llevarse a cabo un análisis de viabilidad financiera?
Idealmente, se debe ejecutar un análisis de viabilidad financiera cada vez que tu empresa está planeando realizar un nuevo proyecto comercial, como el lanzamiento de un producto, la creación de una nueva vertical o modelo de negocios, la expansión hacia otro mercado, etc. Esto, después de que un proyecto es aprobado, pero antes de invertir en él.
Una evaluación de este tipo podría ser especialmente relevante si el proyecto en cuestión requiere de una gran inversión inicial o a largo plazo, pues, en estos casos, los riesgos de pérdida económica son aún mayores.
No obstante, no siempre es necesario llevar a cabo este proceso, y existen escenarios en los que la inversión de esfuerzo y tiempo que requiere puede ser demasiada como para justificar su realización. Por ejemplo:
- Si ya existen suficientes datos relevantes para comprobar la viabilidad de un proyecto (ya se ha llevado a cabo, ya se han trabajado planes similares en el mismo contexto, ya existen iniciativas similares en el mercado, etc.)
- Si el proyecto es pequeño o no representa un gasto significativo, por lo que es posible asumir el riesgo de que no sea exitoso, ya que sus consecuencias no serán tan graves.
Pasos a seguir para medir la viabilidad financiera de un proyecto
De manera relativamente sencilla, puedes llevar a cabo el análisis de viabilidad financiera de cualquier proyecto siguiendo estos pasos:
- Determina los costos para iniciar y desarrollar el proyecto, abarcando cada gasto de la manera más completa que sea posible, sin importar si estos son sobreestimados.
- Analiza la situación financiera actual de tu empresa para determinar si será capaz de afrontar los costos iniciales del proyecto.
- Realiza una proyección de ventas y flujo de efectivo con el fin de descubrir si tu empresa tendrá la capacidad futura de manejar los costos operativos recurrentes del proyecto.
- Realiza una proyección de ingresos y liquidez del nuevo proyecto para obtener una estimación inicial sobre las ganancias que podría generar y tener una mejor idea sobre si sería capaz de sostenerse a sí mismo. Toma en cuenta factores externos como la competencia y la saturación del mercado.
- Calcula el ROI del proyecto tomando en cuenta sus costos totales y sus ingresos estimados.
- Evalúa las condiciones del mercado a corto y largo plazo para identificar posibles riesgos que puedan afectar tus proyecciones. Por ejemplo, incrementos en precios que puedan aumentar los costos del proyecto o competidores emergentes que podrían convertirse en un problema futuro.
- Realiza las estimaciones finales a partir de la información obtenida. Por sí mismos, los datos no te darán una respuesta exacta, pero, al contrastarlos entre sí y consultar tus hallazgos con otros miembros de tu empresa, podrás determinar la viabilidad financiera del proyecto.
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Además de la viabilidad financiera, ¿qué otras áreas se deben analizar para evaluar la viabilidad de un proyecto?
Ahora bien, la viabilidad financiera es importante, pero no es el único factor que podría ayudar a predecir el éxito de un proyecto. Entonces, para realizar una evaluación más completa, también será necesario poner atención en estos tipos de viabilidad:
Viabilidad técnica
Más allá de lo económico, la viabilidad técnica consiste en que cada recurso tecnológico requerido por un proyecto esté disponible oportunamente o, por lo menos, sea accesible de forma realista. Esto abarca elementos como maquinaria, software, hardware, etc.
Por ejemplo, si un proyecto de producción necesita un mayor número de máquinas para llevarse a cabo, pero estas no están disponibles de forma local y sus costos de importación serían demasiado elevados, se puede decir que el proyecto carece de viabilidad técnica.
Viabilidad legal
La viabilidad legal determina si un proyecto podrá ser llevado a cabo, sin problemas, en el contexto legal particular de una empresa. Es decir, si este podrá ser completado sin faltas significativas en el área de cumplimiento normativo.
Como ejemplo: si una compañía minera tiene el plan de expandir sus operaciones de extracción, pero la única forma de lograrlo sería construyendo una mina en una reserva natural protegida, el proyecto no tendrá viabilidad legal.
Viabilidad operativa
Este tipo de viabilidad se basa en que un proyecto pueda ser completado de principio a fin, de forma realista, en un contexto específico y con los recursos disponibles, desde un punto de vista financiero, legal, técnico y laboral.
Por ejemplo, si una empresa cuenta con los ahorros suficientes para lanzar un nuevo producto al mercado, pero no con el personal requerido para producirlo en masa, entonces el proyecto podría ser viable financieramente, pero no tendrá viabilidad operativa.
Viabilidad de mercado
En el caso de ciertos proyectos, como los nuevos lanzamientos y las expansiones internacionales, también es necesario verificar si la demanda es suficiente para justificar su realización, esto es lo que mide la viabilidad de mercado.
Como ejemplo: si una compañía tiene el plan de expandirse a otro país, pero no sabe a cuál, y encuentra que la demanda por sus productos es baja en regiones europeas, un proyecto de expansión en estos países no tendría viabilidad de mercado, así que se deberían considerar otras alternativas.
Viabilidad temporal o del cronograma
Finalmente, la viabilidad temporal o del cronograma representa la capacidad de un proyecto de adherirse a plazos de tiempo establecidos de inicio, desarrollo y finalización.
Por ejemplo, si el lanzamiento de un producto está planeado para el año 2026, pero existen múltiples retos que podrían retrasarlo considerablemente, se puede decir que su cronograma no es viable.
¿Cómo llevar a cabo un análisis de viabilidad completo?
Tomando en cuenta todas las áreas de viabilidad que te permitirán conocer qué tan posible será la realización exitosa de un nuevo proyecto en tu empresa, estos son los pasos a seguir para realizar un análisis de viabilidad completo:
1. Define el alcance y metas del proyecto
Antes de evaluar un proyecto, es buena idea delimitarlo de forma clara, definiendo su alcance y metas. Esta será la base para determinar correctamente costos, recursos necesarios, proyecciones y cualquier otro factor que pueda influir en su viabilidad.
2. Identifica stakeholders clave
Mientras más stakeholders relacionados con el proyecto contribuyan a su análisis, más fácil será detectar problemas y oportunidades de mejora, gracias a perspectivas diferentes respaldadas por experiencia y un mayor interés en el proceso. Por ello, es importante identificar a estos individuos e involucrarlos en cada fase del análisis de viabilidad.
3. Realiza un análisis preliminar
Para conocer si un análisis de viabilidad es verdaderamente necesario, es aconsejable realizar una evaluación preliminar que involucre la perspectiva de los stakeholders identificados y permita detectar posibles razones evidentes por las que un proyecto podría ser viable o no. Este paso es esencial para evitar gastar tiempo en análisis innecesarios.
4. Realiza un análisis de mercado
Si decides que un análisis de viabilidad es completamente necesario, entonces es momento de iniciarlo. Puedes comenzar realizando un análisis de mercado que te permita conocer si la demanda por un nuevo proyecto existe y si las condiciones comerciales son propicias para que este sea exitoso.
¿Cómo llevarlo a cabo? Será necesario realizar 2 procesos básicos: un benchmark competitivo y una previsión de demanda.
5. Elabora un plan técnico y operativo
Con el fin de evaluar la viabilidad técnica y operativa de un proyecto, es recomendable realizar un plan que especifique los recursos tecnológicos, de personal y de tiempo que necesitará para llevarse a cabo, así como la forma en la que serán utilizados, para después compararlos con los recursos verdaderamente disponibles.
Esto facilitará la detección de posibles problemas y también será de ayuda para calcular los costos totales del proyecto.
6. Evalúa la viabilidad financiera
Tomando en cuenta todos los recursos que el proyecto exigirá, ahora podrás evaluar su viabilidad financiera de forma realista, estimando sus costos aproximados y comparándolos con las posibles ganancias que podría generar de acuerdo con las proyecciones de mercado.
7. Analiza otros riesgos
Aunque no parezcan visibles inicialmente, distintos riesgos técnicos, legales, financieros, operativos, etc., podrían presentarse a lo largo del desarrollo de un proyecto. Identificarlos y medirlos será fundamental para llegar a una decisión más informada sobre su viabilidad.
8. Revisa los hallazgos
Una vez que todos los tipos de viabilidad han sido evaluados, podrás revisar los resultados de cada análisis, cotejando la información entre sí y buscando medir la viabilidad del proyecto desde distintos ángulos.
9. Establece márgenes de error
Incluso con herramientas de analítica y automatización, los análisis de viabilidad pueden presentar ciertos márgenes de error en cuanto a los datos que obtienen. Conocerlos será importante para ayudar a los responsables de tomar una decisión a hacerlo de forma informada, considerando la probabilidad de que ciertos datos estén alejados de la realidad.
10. Toma la decisión final
Por último, solo queda revisar los resultados para llegar a una decisión final sobre si es buena idea invertir en el proyecto analizado o si este debe ser modificado o, incluso, abandonado.
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En conclusión, medir la viabilidad financiera (o cualquier tipo de viabilidad) de un proyecto, puede ser una tarea compleja, y los datos arrojados por un análisis de viabilidad necesitan ser evaluados rigurosamente para llegar a la mejor decisión posible. Pero, con estas guías generales, puedes tener mayor certeza de que podrás confiar en los resultados que obtengas.
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