Yaz Cabañas
Al darte de alta en el Servicio de Administración Tributaria (SAT), debes definir algunos aspectos y, por lo tanto, conocer previamente. Por eso, en Xepelin preparamos una guía con todo lo que debes saber sobre los dos regímenes fiscales que el SAT contempla: persona física y moral.
De acuerdo con el SAT, una persona física es cualquiera que lleva a cabo una actividad económica, ya sea como empleado, profesionista que presta sus servicios, comerciante o vendedor.
Algunos de los regímenes a los que puede pertenecer una persona física son, entre otras:
Según la autoridad, una persona moral es la suma de las personas físicas que se alían con un fin comercial o no lucrativo. A pesar de que son intangibles, tienen un marco legal de derechos y obligaciones; en este caso, fiscales.
Los regímenes a los que pueden pertenecer son, entre otros:
La primera diferencia entre persona física y moral es que una persona física es un individuo y la persona moral es un grupo de individuos con un fin común, comercial o no lucrativo. Es decir, una empresaria o empresario es persona física, y la compañía que funda es la persona moral.
Como persona física actúas por cuenta propia y te representas de forma autónoma (salvo en casos donde exista una incapacidad legal). Dado que una persona moral es intangible, no se puede representar a sí misma, sino que será responsabilidad de las personas físicas que la integran legalmente.
Siempre estarás considerado como una persona física ante el SAT: incluso si formas una persona moral con otros individuos, no renunciarás a tu condición de persona física.
Si lo ponemos en términos de cómo te conviene registrarte ante el SAT, deberás tener en cuenta que si tienes un negocio unipersonal, puedes registrarte como persona física con actividades empresariales, donde ofreces tus productos o servicios de forma independiente.
Asimismo, existe la posibilidad de registrar una persona moral unipersonal por medio de las Sociedades por Acciones Simplificadas o SAS, si tienes ingresos menores a 5 millones de pesos, donde serías considerado como accionista único.
En cambio, si eres empleado, la opción es que estés dado de alta como persona física.
Algunos ejemplos de personas físicas son:
Por otra parte, los ejemplos de personas morales más comunes son:
Si recién inicias un negocio donde participas tú únicamente, puedes comenzar por darte de alta como persona física con actividad empresarial. Así podrás responder de forma simple con las obligaciones, como son: expedir facturas electrónicas, llevar un registro contable y presentar tus declaraciones.
Puedes aprovechar el Régimen de Incorporación Fiscal, donde tienes facilidades administrativas y ventajas en el pago de impuestos. En 2022 se llamará Régimen Simplificado de Confianza, donde tus impuestos se calcularán de forma automatizada. Actualmente, hay un límite de 2 millones de pesos de ingresos anuales; en el año próximo, será de 3 millones 500 mil.
Si tu negocio rebasa estas cantidades, lo mejor es que lo des de alta como persona moral.
Cuando haya algún asunto legal ante el SAT en el caso de una persona física, será ella quien tendrá la responsabilidad ante cualquier acto u omisión fiscal.
Dado que la persona física permanece hasta su fallecimiento, no se transfiere dicha responsabilidad, a menos que cuente con un tutor legal debido a circunstancias específicas.
Las personas físicas (individuos) que conforman una persona moral serán las responsables para afrontar cualquier obligación u omisión ante la autoridad fiscal.
En este régimen, la responsabilidad es compartida entre cada uno de los socios es decir, entre cada uno de los dueños de la empresa, por este motivo, te sugerimos utilizar el registro como persona moral siempre que haya más de un dueño del negocio.
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