El 2020 significó un antes y un después para todas las industrias del mundo, en especial el sector privado de salud en México, un segmento que logró vencer uno de sus principales retos en cuanto a la principal barrera de su “consumidor”: la despreocupación.
Claro que el sector privado de salud podía presumir un crecimiento en las últimas décadas, no fue hasta la pandemia por Covid-19 que logró equilibrar la balanza.
Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el gasto en salud en México alcanzó en 2020 los $431 mil millones de pesos, de los cuales el 70% correspondió a instituciones privadas.
Si bien son cifras alentadoras para el sector, existen importantes retos por resolver como la calidad, nuevos esquemas de financiamiento, el uso de la tecnología y lo más importante, la educación al usuario sobre la prevención.
Conociendo al “paciente” mexicano
En nuestro actual modelo de salud, basado en la atención más que en la prevención, la demanda de servicios es creciente, ya sea por factores como el incremento de la población, la esperanza de vida y las enfermedades crónico-degenerativas que requieren una mayor cantidad de servicios y recursos.
Si nos basamos en el diseño del sistema de salud mexicano –el cual tiene más de ochenta años–, la idea es que la demanda debería ser satisfecha por las diversas instituciones del sector público; sin embargo, es un hecho que ante la falta de cobertura efectiva para el total de la población, el sector privado se ha convertido en la alternativa para el paciente.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022, durante 2021, 54 % de la población mexicana recibió atención médica en servicios privados. El cambio no fue muy radical el siguiente año, ya que un 48.8% de la población acudió a servicios privados para recibir atención médica.
Sobre estos datos, es fundamental conocer cómo se distribuyen los pacientes a través de la República Mexicana. La encuesta de 2022 revela que sólo en la región de la Frontera la atención médica ocurre mayoritariamente por la vía de los servicios ofrecidos por el sector público, en el resto de las regiones, más de la mitad de la población con alguna necesidad de salud se atendió en los servicios privados.
Como podemos observar en la tabla, en casos como las regiones Pacífico-Centro, Centro y Estado de México, la atención médica privada cubre a 6 de cada 10 personas.
Hablando solamente del gasto en salud, la región con más disposición a gastar en salud es la región Pacífico-Norte, seguida del Centro-Norte, Centro, Ciudad de México y Pacífico-Centro.
Algo que debe llamar la atención a los prestadores del servicio de salud es la diferencia en gasto entre regiones. Un ejemplo es el Estado de México y la capital del país, cuya diferencia puede ser significativa a pesar de su cercanía y la interconectividad que hay entre ambas entidades.
La Ensanut 2022 también revela un dato más allá que puede ayudar a comprender aún más al consumidor: cómo gasta su dinero.
Los gastos tomados en cuenta para la salud van desde transporte, atención (consulta médica), compra de medicamentos y realización de estudios diagnóstico. Las cifras muestran que, en todas las regiones del país, la mayor proporción del gasto en salud se destina a la realización de estudios diagnóstico, siendo el Estado de México donde el gasto en este rubro es superior.
Aunque el gasto en salud del consumidor ha ido en aumento respecto a otros años, las cifras son claras al señalar que al final el paciente sigue siendo solo reactivo y no preventivo. Simplemente, los rubros a los cuales se les destina menor cantidad de recursos son atención y traslado, representando apenas una décima parte del gasto destinado a la salud.
Si bien estos datos no muestran a detalle la realidad de cada entidad federativa, son valiosos para la toma de decisiones en el ámbito de la salud privada.
Un último dato que puede servir para reforzar la idea del constante crecimiento del sector es que de acuerdo a la Ensanut 2019, entre 33.9 y 42.7% de los afiliados a los seguros públicos hicieron uso de los servicios del sector privado. Si se incluye la demanda que hacen en “otras instituciones públicas” diferentes de aquellas donde están afiliados, las cifras incrementa a entre 34.6 y 46.8%.
Para le encuesta de 2023, los resultados no son muy distintos. En el caso del IMSS, de un 60.9% de afiliados atendidos en la institución que les corresponde, la cifra bajó a un 58%. Igualmente, la cifra del ISSSTE también se redujo, pasando a un 57%.
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Retos financieros en la atención médica privada
La atención médica privada se ha convertido en la alternativa del paciente mexicano ante la saturación del sector público. Sin embargo, cuanto mayor es el crecimiento, más retos vienen de la mano, siendo el factor financiero uno de los más importantes.
El principal problema de la mayoría de las instituciones de salud privadas no es que falten pacientes, más bien es lograr una estabilidad económica que permita atender con eficiencia y calidad a cada nuevo enfermo.
Después de la pandemia, uno de los principales problemas del sector ha sido la crisis financiera y cómo enfrentarla. Esto es peor si pensamos en que el panorama general del sistema financiero y las formas de financiación a las que pueden acceder tanto emprendedores de la salud como instituciones se ha convertido en uno de los temas más discutidos en la industria.
Si bien las cifras son alentadoras, para expertos como Tomás Barrientos, Chief Executive Officer en la Universidad Anáhuac, las estadísticas pueden confundir, pues al final no queda claro cuántas personas que cuentan con el respaldo público deben o pueden hacer el gasto de bolsillo.
“El servicio de salud forma parte de la economía terciaria, la economía de los servicios y si nosotros no afianzamos esta parte económica, entonces la población va a sufrir de la debilidad del sector”, explicó el experto.
Bajo esa idea, es importante tener en cuenta que algunas instituciones de salud privadas en México se han enfocado –dejando de lado al paciente– en mejores oportunidades para desarrollar servicios de salud rentables y escalables.
Al final, el costo de los servicios determina el acceso que pueda tener un usuario ya sea al sistema público para trabajadores o al sistema privado pagado. Para tener una mejor relación entre ambos, es fundamental contar con liquidez necesaria que ayude no solo a la actualización y uso de las mejores tecnologías médicas, sino también tener mayor solidez.
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Ventajas del factoraje en el sector salud
Como en toda empresa, el sector salud no es –ni debe ser– inmune al tema financiero. Los inversionistas buscan proyectos bien estructurados, coherentes, con impactos positivos, pero también estabilidad financiera.
Es importante pensar en soluciones que agilicen aún más la atracción de nuevos pacientes, pero teniendo el cuidado de siempre buscar la preservación de la liquidez.
Una solución que podría verse atractiva a primera vista es una estrategia de descuentos, sin embargo, esta no es nada recomendable. Por poner un ejemplo, en salud, un margen bruto razonable anda alrededor del 40%, si ponemos un descuento o se piensa en bajar los precios un 10%, ahí ya se ve afectada una cuarta parte de ese 40%, o sea una cuarta parte de tu utilidad se acaba perdiendo.
Para diversos especialistas del sector salud privado en México, el uso de tecnología financiera es una solución viable, sobre todo pensando en potenciar elementos como estudios o venta de medicamentos.
Un ejemplo es el factoraje, una herramienta financiera que permite la venta de facturas a intereses muy inferiores a los que puede ofrecer un crédito tradicional.
De forma práctica, el factoraje puede permitir a los prestadores de servicios de salud pagar oportunamente el suministro de medicamentos o pago de otras deudas, incluso obteniendo descuentos superiores a lo pagado en su utilización. En ese caso, se gana doblemente, ya que se obtiene liquidez e incluso, una utilidad.
Si estás buscando un aliado confiable para anticipar el cobro de tus facturas, financiar tus cuentas por pagar, aliados financieros como Xepelin pueden ser una gran opción.
Recuerda que los retos empresariales conllevan la toma de decisiones importantes en busca de lo mejor para la empresa. Es por eso que conocer a detalle al consumidor y su situación actual, y tener los mejores aliados de crecimiento es clave para apostar por un proyecto seguro y a largo plazo que no solo tenga picos de crecimiento en pandemias.
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