Es mucho lo que el capital de trabajo y sus niveles históricos pueden revelar sobre la eficiencia operativa y estado de tu empresa, por lo que siempre es buena idea monitorearlo constantemente.
Sin embargo, no siempre hay tiempo para realizar un diagnóstico financiero completo, así que se necesitan métricas de alto valor que permitan comprenderlo a fondo, pero de manera rápida.
Aquí hablaremos sobre estos indicadores, cómo calcularlos e interpretarlos, para que así puedas obtener los datos que necesitas para entender la salud financiera de tu negocio y saber qué debes hacer para mejorarla, pero de la manera más ágil posible.
Capital de trabajo neto o CTN
El CTN representa la cantidad exacta de capital de trabajo disponible en tu empresa en un instante dado, revelando así si tu negocio tiene la capacidad de afrontar sus obligaciones inmediatas o si necesita financiamiento, y si la liquidez actual es suficiente para comenzar a invertir en crecimiento, en lugar de solo supervivencia.
Calcularlo es muy simple, únicamente necesitarás conseguir 2 datos de tu balance general y aplicar esta fórmula:
Capital de trabajo neto (CTN) = Activos circulantes - Pasivos circulantes
Un capital de trabajo neto más elevado siempre será considerado como algo mejor, pues indica que tu empresa puede manejar todos sus costos y tener liquidez suficiente para reinvertir.
Cabe mencionar que, aunque positivo, un CTN demasiado alto puede señalar un exceso de efectivo, el cual perderá valor con el tiempo, así que un resultado de este tipo indica también que es tiempo de adquirir nuevos activos fijos o invertir en crecimiento para mantener un patrimonio neto saludable.
Ratio de liquidez corriente o índice de capital de trabajo
El ratio de liquidez corriente o índice de capital de trabajo señala la proporción que existe entre los activos y los pasivos circulantes de tu empresa. ¿Por qué es tan útil? Porque, a diferencia del CTM, genera una razón numérica que se puede comparar fácilmente con la de otros competidores para evaluar el rendimiento objetivo de tu negocio en el contexto de su industria.
Por ejemplo, una compañía con capital de trabajo neto de $1,400,000 puede parecer saludable a primera vista si el promedio de su sector es de $900,000, pero, dado que este promedio toma en cuenta a empresas de muchos tamaños, la métrica no permite realizar una verdadera comparación.
En cambio, al calcular el ratio de liquidez corriente, no se obtiene una cantidad, sino una proporción que se puede comparar de manera objetiva con diferentes compañías competidoras, sin importar su tamaño.
La fórmula para calcular este indicador es la siguiente:
índice de capital de trabajo = Activos circulantes/Pasivos circulantes
Las guías para interpretar el resultado son iguales a las del CTM, o sea, un resultado mayor siempre será mejor, pero uno excesivo puede ser señal de alerta.
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Rotación de capital de trabajo
La rotación de capital de trabajo mide la eficiencia con la que tu empresa aprovecha su capital de trabajo para generar ganancias, comparando los niveles de capital promedio de un año con los ingresos del mismo periodo. Así, te permite determinar la eficiencia operativa de la gestión de la liquidez de tu negocio, más allá de si sus reservas de capital de trabajo son positivas o no.
Esta es la fórmula para calcularla:
Rotación de capital de trabajo (Working capital turnover) = Ventas netas/Capital de trabajo promedio
Al igual que sucede con el ratio de liquidez corriente, el resultado representará una proporción. La cual, se puede utilizar para realizar un benchmark que compare la eficiencia operativa de competidores con la de tu negocio.
Días promedio de cuentas por cobrar y por pagar (DSO y DPO)
Los DSO y DPO son indicadores del tiempo que tarda tu empresa en recolectar cobros después de una venta y pagar a proveedores tras recibir mercancía, respectivamente. Aunque no son métricas directas de capital de trabajo, revelan qué tan eficiente está siendo su gestión en mantenerlo constante a lo largo del tiempo.
La fórmula para calcular los DSO es esta:
DSO = (Valor promedio de cuentas por cobrar/Ventas a crédito netas) x Número de días del periodo evaluado
En este caso, un resultado menor será considerado como más positivo, pues indica que los días promedio de cobro de tu empresa son reducidos y que, por ende, tus cuentas por cobrar están siendo recolectadas a tiempo y generando liquidez.
Por su lado, los DPO se calculan de esta forma:
DPO = (Valor promedio de cuentas por pagar/Costo de bienes vendidos) x Número de días del periodo evaluado
De manera inversa a los DSO, un número mayor de DPO tiende a serlo mejor, ya que esto señala que tu empresa está manteniendo un buen nivel de capital al postergar sus pagos en medida de lo posible.
Por supuesto, DPO demasiado elevados también pueden indicar que tu negocio no está cumpliendo a tiempo con sus obligaciones, y podrá beneficiarse de un mejor proceso de pagos o de financiación.
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Días de inventario promedio (DIO)
Los DIO (Días promedio de inventario) representan el tiempo que tu empresa tarda en convertir el inventario adquirido en ventas. Por lo tanto, al igual que los DSO y DPO, no es un indicador directo del capital de trabajo, pero ayuda a determinar qué tan eficiente es tu negocio en manejarlo para que esté siempre disponible.
Se pueden calcular con esta fórmula:
DIO = (Valor promedio de inventario/Costo de los bienes vendidos) x Número de días del periodo evaluado
Tal y como sucede con los DSO, menores DIO serán siempre más positivos, pues indican que tu empresa está convirtiendo su inventario en ventas más rápidamente.
Ciclo de conversión de efectivo
Finalmente, el ciclo de conversión de efectivo es una métrica de capital de trabajo que toma en cuenta los DSO, DPO y DIO de tu empresa para calcular los días promedio que tarda en convertir sus inversiones en liquidez. De esta manera, te permite conocer si tu empresa está operando con suficiente velocidad para mantener un nivel constante de capital.
Su fórmula es esta:
Ciclo de conversión de efectivo = DIO + DSO - DPO
Mientras menor sea el resultado, esto será más positivo, ya que indica un mejor nivel de eficiencia, en el que tu negocio tarda menos días en generar liquidez a partir de sus inversiones y, por ende, gestiona mejor su capital de trabajo.
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¿Cómo monitorear el capital de trabajo en tiempo real de forma precisa?
En conjunto, monitorear estos indicadores te ayudará a comprender a fondo la eficiencia con la que tu empresa gestiona su capital de trabajo y así poder tener una idea de lo que puedes hacer para mejorar esta área.
Sin embargo, es importante recordar que, para hacerlo, necesitas datos confiables que te permitan realizar cálculos correctos, así como información en constante actualización que te ayude a reaccionar a tiempo a nuevos cambios.
¿Cómo conseguirlos? Requerirás de un ERP, dashboard financiero o cualquier otra herramienta digital que automatice el registro de datos para garantizar su fiabilidad y que se actualice de manera constante, puesto que los procesos manuales simplemente no pueden asegurar la velocidad y precisión que se requiere para monitorear tanto este, como otros indicadores financieros.
Son muchas las opciones que puedes elegir en el mercado actual, así que encontrar la plataforma que mejor se adapte al presupuesto y necesidades no es una tarea tan complicada como podría parecer.
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