El riesgo es un factor inherente al entorno empresarial, por lo que cada decisión que se toma dentro de él viene acompañada de una serie de posibilidades negativas que es importante aprender a manejar. De no hacerlo, cualquier negocio puede volverse vulnerable a una gran cantidad de consecuencias que varían en términos de impacto y duración, pero que tienen el potencial de retrasar el crecimiento, aumentar costos de forma significativa y poner en peligro la supervivencia de una compañía.
No obstante, la gestión de riesgos no es una tarea sencilla, y existen ciertos conocimientos que hay que tener en cuenta para desempeñarla, así como una serie de prácticas que hay que seguir.
En Xepelin, nuestro propósito es el de ayudarle a tu empresa a llevar a cabo todas sus funciones por medio de las herramientas digitales adecuadas y la información precisa. Por ello, en este artículo hablaremos sobre todo lo que una gestión de riesgos implica, sobre lo que hay que conocer para desempeñarla de la mejor manera y sobre algunos pasos y consejos a seguir para facilitar este proceso.
¿Qué es la gestión de riesgos?
Es el proceso que consiste en identificar posibles riesgos, medir su magnitud y encontrar la forma de mantener al mínimo su impacto. Estos riesgos representan cualquier clase de obstáculo o escenario que tiene el potencial de afectar negativamente a una compañía, ya sea ralentizando su crecimiento, reduciendo su capacidad para generar ganancias, disminuyendo su rendimiento o causando cualquier otra clase de efecto.
¿A qué clase de riesgos puede estar expuesta tu empresa?
La variedad y cantidad de riesgos que puede afectar a tu empresa de una forma u otra es de gran tamaño. Sin embargo, los principales riesgos empresariales se pueden clasificar en 7 categorías: financieros, de seguridad, de cumplimiento, reputacionales, operacionales, de terceros, y políticos, sociales y ambientales; no obstante, cada categoría se puede dividir en clases más pequeñas. En esencia, esto es la que cada tipo significa:
- Riesgos financieros: representan cualquier posibilidad y escenario desfavorable relacionado con las finanzas de tu empresa y de su entorno directo, como problemas de liquidez, fluctuaciones en el mercado, obstáculos en el pago oportuno de financiamiento, etc.
- Riesgos de seguridad: abarcan todos los distintos elementos que pueden afectar la infraestructura de tu negocio, tanto de manera física (como fallas que pongan en peligro a miembros del personal), como cibernética (como filtraciones de datos y ataques).
- Riesgos de cumplimiento: son toda clase de problemas que podrían surgir del incumplimiento de ciertas leyes o contratos.
- Riesgos reputacionales: o sea, cualquier consecuencia derivada de una mala percepción pública.
- Riesgos operacionales: engloban problemas de infraestructura, como maquinaria o errores humanos, que puedan poner en peligro la capacidad de tu empresa para operar.
- Riesgos políticos, sociales y ambientales: se tratan de problemas que transcurren en el entorno de tu negocio y que pueden tener un impacto directo o indirecto.
- Riesgos de terceros: que derivan de la interacción con clientes o proveedores poco confiables y que se pueden mitigar mediante un proceso de evaluación apropiado.
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¿Por qué es importante invertir en una gestión de riesgos adecuada?
Sin una gestión de riesgos apropiada, tu empresa se vuelve vulnerable a una cantidad considerable de problemas que pueden impactar su supervivencia y longevidad. Por el contrario, al desempeñar esta función adecuadamente, es posible adquirir ciertos beneficios, como protección contra pérdidas económicas, cumplimiento legal, una mejor planificación, mayor calidad en las decisiones, mayor productividad y un incremento en la confianza de shareholders, entre otros.
¿Cómo es que la gestión de riesgos permite alcanzar estas ventajas? Esta tarea involucra una serie de pasos de identificación, analítica y prevención que informan decisiones mucho más seguras de acuerdo con la probabilidad de que ciertos riesgos se presenten y que permiten reducir el impacto de múltiples problemas diferentes.
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¿Cuáles son las 5 estrategias principales de gestión de riesgos?
Cada riesgo se comporta de manera diferente, y cada empresa cuenta con una tolerancia al riesgo, necesidades y metas distintas que entran en juego al momento de desarrollar una estrategia apropiada de gestión, por lo que el mejor tipo de estrategia a utilizar varía ampliamente en cada caso. No obstante, existen 6 tipos generales de estrategias que se pueden implementar en este ámbito:
- Diversificación, la cual consiste en distribuir un mismo riesgo entre distintas partes, esto con el fin de que, en caso de que se convierta en un problema, su impacto sea menor. Por ejemplo, la diversificación de proveedores con el propósito de garantizar estabilidad en caso de que un vendedor desaparezca.
- Transferencia, que se basa en movilizar un riesgo particular a otra entidad, como una agencia de seguros.
- Prevención, también llamada evasión, consiste en tomar las medidas posibles para eliminar el contacto un riesgo particular a toda costa.
- Reducción, implica aceptar que un riesgo es inminente, por lo que se toma la decisión de reducir su impacto en medida de lo posible.
- Aceptación, que consiste en afrontar un riesgo particular sin la intención de hacer algo para mitigarlo, tomando en cuenta que los esfuerzos requeridos para reducir su impacto pueden ser demasiado costosos o, simplemente, ineficaces.
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Pasos clave para la gestión de riesgos en tu empresa
Sin importar la estrategia que elijas para tu empresa, todo proceso de gestión de riesgo involucra, por lo menos,seguir una serie de pasos específicos. Estos son los siguientes
- Identifica los riesgos relevantes, buscando clasificarlos de acuerdo con su tipo, y encuentra sus posibles causas.
- Una vez detectados, determina su posible magnitud, así como la probabilidad de que resulten en problemas, esto con el fin de desarrollar un plan que responda a ellos de manera efectiva.
- Realiza una lista de prioridades a tratar, tomando en cuenta que los recursos de tu empresa son limitados, por lo que es buena idea invertirlos en el manejo de riesgos de mayor relevancia.
- Genera un plan de gestión, delimitando medidas concretas de prevención a seguir, estrategias a implementar y acciones de respuesta, así como miembros responsables de cada proceso.
- Vigila riesgos para notar posibles cambios en su magnitud o en la probabilidad de que se vuelvan realidad, esto con el fin de modificar el plan de acción para que responda a la nueva información.
Mejores prácticas en la gestión de riesgos
La información anterior puede ser de gran ayuda para tener una idea general sobre cómo debe verse un plan de gestión de riesgos, pero, para conseguir mejores resultados y llevar estos conceptos a un contexto práctico, aquí hay una serie de recomendaciones:
Busca preservar la liquidez
La financiación de riesgos, es decir, el proceso que consiste en distribuir los recursos disponibles para implementar una estrategia de gestión, no se puede llevar a cabo sin un nivel suficiente de liquidez. Por lo tanto, tomar medidas para preservar y optimizar el flujo de caja, como la automatización de cobros y la solicitud de financiamiento por medio del factoraje o factoring, resulta crucial.
Analiza clientes y proveedores antes de aceptarlos
Una gran cantidad de riesgos reputacionales y financieros provienen de clientes y proveedores poco confiables que pagan con atraso o que no son capaces del nivel productivo que tu empresa necesita, respectivamente, por lo que evaluar socios comerciales antes de aceptarlos es considerado como una buena práctica.
Apóyate en herramientas de inteligencia artificial
La inteligencia artificial es capaz de detectar patrones ocultos de riesgo que la mente humana puede pasar por alto. Entonces, para un proceso adecuado de identificación y medición, lo mejor es apoyarse en esta clase de tecnología.
Involucra a distintos stakeholders en el proceso
La experiencia y perspectiva única de cada miembro de tu negocio puede contribuir a la detección de riesgos particulares que, de otra forma, no serían encontrados, por lo que involucrarnos a lo largo del procedimiento de gestión es aconsejable.
Invierte en comunicación clara y concisa
Para que un plan se lleve a cabo de la mejor manera, cada uno de los miembros del personal que participarán en su ejecución necesitan tener una idea clara sobre las metas y métodos del proceso. Entonces, es recomendable que cada estrategia sea comunicada y redactada de forma clara y en un lenguaje común para todo el equipo.
Guía tu proceso a través de normas internacionales de gestión de riesgos
Hoy en día, existen normativas de relevancia internacional en materia de gestión de riesgos, como la norma ISO 31000. Apoyarse de estas regulaciones para diseñar estrategias de gestión más eficaces puede ser una gran idea para conseguir el mejor resultado posible, especialmente si el punto de partida no es claro.
Modifica tu estrategia sobre la marcha
A medida que tanto tu empresa, como su entorno, cambien, nuevos riesgos se harán presentes y las prioridades del negocio podrían cambiar, por lo que un plan de respuesta tampoco debe de permanecer estático. Al contrario, siempre es necesario ir modificando la estrategia a medida que estas fluctuaciones tomen lugar para asegurarse de que mantengan su eficacia.
Define indicadores para cuantificar ciertos riesgos
Para crear una verdad absoluta y objetiva sobre la relevancia de la gestión de cada riesgo, es aconsejable definir indicadores específicos para cuantificarlos. Así, no hay lugar para la interpretación y, si un riesgo adquiere importancia, todo miembro estará de acuerdo en trabajar hacia su mitigación.
Invierte en entrenamiento
La gestión de riesgos es un reto significativo hasta para grandes empresas y corporativos, por lo que nunca está de más invertir continuamente en entrenamiento y capacitaciones que le permitan a tu equipo identificar y medir riesgos de manera más sencilla y aprovechar nuevas herramientas de gestión.
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Resulta verdadero que la gestión de riesgos es un proceso altamente complicado que involucra experiencia y analítica para detectar cualquier posible problema y manejarlo de la forma más apropiada, pero, con esta información, el procedimiento puede ser un poco más sencillo de efectuar en tu negocio.
Si necesitas ayuda adicional para llevarlo a cabo, Xepelin puede ayudarte de 2 maneras distintas:
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- Análisis de mi empresa, un sistema gratuito de registro de datos en tiempo real que te ayudará a monitorear de cerca la salud financiera de tu negocio y a identificar posibles riesgos financieros antes de que puedan afectarlo.
Con estas herramientas, y con el resto de recursos que Xepelin ofrece para impulsar el crecimiento de tu empresa, alcanzar las metas de crecimiento, estabilidad y seguridad que hayas establecido puede ser una realidad.
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