De acuerdo con una encuesta de PwC, a pesar de una mayor inversión en la gestión de riesgos, el 74% de las empresas encuentran que es difícil mantener actualizadas sus prácticas conforme surgen cambios y fluctuaciones en el panorama económico. ¿Qué nos dice esto? Incluso para grandes empresas, el manejo adecuado de riesgos financieros se destaca como un reto importante en el entorno empresarial.
Si la gestión de riesgos es complicada hasta para compañías de mayor tamaño, resulta claro que aquellos negocios pequeños y medianos enfrentan obstáculos aún mayores para identificar y manejar los diversos riesgos que puedan encontrar. Por lo tanto, contar con la información adecuada, así como las herramientas de gestión de riesgos apropiadas, resulta crucial.
Con esto en mente, en este artículo hablaremos sobre las mejores prácticas a seguir en materia de gestión de riesgos financieros, esto con el fin de guiar a las empresas, sin importar su tamaño, hacia un proceso de manejo de riesgos mucho más optimizado, más preciso, y con menos errores.
Estar al tanto de las amenazas, medir su posible impacto y establecer prioridades
Como regla general, una buena gestión de riesgos conlleva seguir 3 pasos iniciales. El primero de ellos es identificar a todas las amenazas que tengan posibilidades de surgir en un momento dado, sean estas de liquidez, de mercado, de crédito, operacionales, etc. Esto le permite a las empresas prepararse para escenarios y posibilidades específicos, lo cual llevará a estrategias de gestión más efectivas.
Acto seguido, es necesario utilizar la analítica de datos, junto con la experiencia de miembros particulares del equipo, para tratar de medir el impacto que cada una de las amenazas detectadas podría tener en el negocio. Esto con el objetivo de identificar aquellos riesgos de mayor relevancia para así concretar el tercer paso, que consiste en establecer el orden de prioridad de las amenazas encontradas y distribuir los recursos disponibles en proporción a dicho orden.
Aprovechar a la inteligencia artificial en el análisis de escenarios
Hacer un proceso de identificación, medición y priorización manual de riesgos siempre es mejor que no hacer ninguno; sin embargo, con el propósito de optimizar el procedimiento y reducir errores, es recomendable apoyarse en la inteligencia artificial para llevarlo a cabo.¿Por qué motivo? Las capacidades específicas de la IA son excelentes para encontrar patrones ocultos, medir las probabilidades de que algo ocurra conforme a la información disponible y jerarquizar datos con base en las instrucciones que se le proporcionen a la herramienta, por lo que esta tecnología tiene un gran potencial en la gestión de riesgos.
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Elegir la estrategia que se utilizará para cada riesgo conforme a las necesidades y capacidades del negocio
Generalmente, las estrategias de gestión de riesgos se dividen en 4 categorías:
- Evasión: consiste en evitar por completo a una amenaza o riesgo particular.
- Retención o aceptación: se basa en aceptar los posibles riesgos que una acción implique y operar en torno a ellos una vez que surjan.
- Transferencia: consiste en transferir un riesgo particular, ya sea de forma total o parcial, a otra entidad.
- Reducción: se trata de aceptar la alta probabilidad de que una amenaza hipotética se hará realidad y tomar medidas para reducir su impacto, en vez de evitarlo.
Una vez identificados los posibles riesgos a enfrentar, resulta esencial delimitar la estrategia que se utilizará para manejar a cada uno de ellos, esto conforme a las características de cada amenaza y a los recursos que una empresa tenga para manejarla. Por ejemplo, mientras que, para empresas pequeñas y con menos recursos, es mejor evadir los riesgos financieros asociados con expandirse a una zona geográfica inestable, otras empresas de mayor tamaño o aquellas que consideran que la ganancia económica de dicha expansión será mayor que el impacto negativo, pueden decidir aceptar el riesgo o solamente reducirlo en medida de lo posible.
Hacer lo posible por entender el comportamiento del mercado
Aunque la volatilidad del mercado suele ser una realidad inevitable, suficiente conocimiento sobre su comportamiento puede ser efectivo para reducir ciertos riesgos, como la posibilidad de que ocurran problemas de exceso o faltas de inventario. Por esto, invertir en análisis de mercado, previsiones de demanda, y otros procesos que contribuyan a entender mejor las fluctuaciones y comportamientos del mercado, siempre es considerado como una buena práctica.
Diversificar riesgos
Como parte de una estrategia de reducción de riesgos, en áreas específicas, la diversificación puede ser una gran opción. Esta consiste en distribuir las inversiones, esfuerzos o recursos, en distintas opciones, evitando concentrar todos los recursos en un solo lugar y con el fin de mitigar los riesgos asociados con que una de ellas desaparezca.
Por ejemplo, la diversificación de la cadena de suministro, a través de la creación de contratos con distintos proveedores, tiene el potencial de reducir la posibilidad de que la desaparición de un vendedor esencial resulte en una disrupción del proceso de producción. Igualmente, diversificar los flujos de ingresos de un negocio reduce el riesgo de que la obsolescencia de uno de ellos genere problemas económicos considerables.
Evaluar socios, clientes y proveedores antes de trabajar con ellos
Con el fin de evitar riesgos crediticios y aquellos relacionados con las disrupciones en la cadena de suministro, es importante evaluar a clientes y proveedores antes de firmar un contrato o de construir una relación comercial con ellos. ¿Por qué resulta esencial? Los proveedores de alto riesgo tienen mayores probabilidades de desaparecer y dejar un vacío en la cadena de suministro o de tener problemas para cumplir a tiempo con entregas. Por su parte, los clientes de alto riesgo pueden tardar más en pagar sus facturas pendientes, ocasionando problemas de liquidez.
Desafortunadamente, identificar a estas entidades por medio de un proceso de due diligence no es algo sencillo, puesto que la información necesaria para hacerlo (como composición de la cartera de clientes, volumen de deuda y liquidez) no suele estar públicamente disponible. Pero, la buena noticia es que existen plataformas, como la de Xepelin, con las que es posible acceder datos de clientes y proveedores de manera gratuita y generar perfiles de riesgo automáticamente conforme a información relevante sobre ventas, deudas y socios.
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Proteger la liquidez
Para reaccionar a eventos impredecibles y emergencias, la liquidez es fundamental, por esta razón, tomar medidas concretas para preservarla es una práctica altamente recomendable en la gestión de riesgos, especialmente en tiempos de incertidumbre económica. Con el objetivo conseguir preservar al flujo de efectivo en cualquier momento, se pueden recurrir a acciones como la negociación con proveedores para postergar los pagos sin incurrir en multas, automatizar la cobranza para recibir cuanto antes los pagos pendientes o aprovechar soluciones de financiamiento como el factoraje (adelanto de facturas) o el confirming (pago a proveedores con financiamiento).
Crear límites de exposición al riesgo y políticas internas
En una empresa en la que distintas personas, con diferentes tolerancias al riesgo, son responsables de tomar decisiones, alinear estas decisiones conforme a las metas de la compañía puede ser una tarea difícil por sí misma. Adicionalmente, si, por algún motivo, no existe una política de riesgos, alinear las decisiones relevantes se vuelve prácticamente imposible.
Por esto, establecer límites de exposición a riesgo, es decir, límites en cuanto a la cantidad y magnitud de los riesgos que se está dispuesto a tomar, es fundamental. Idealmente, dichos límites deben de estar expresados explícitamente en una política que sea accesible para todos los encargados de tomar decisiones, y deben estar acompañados de procesos que se encarguen de verificar su cumplimiento.
Monitorear en tiempo real en busca de cambios, errores e inconsistencias
El número de riesgos, así como su magnitud e impacto, jamás se mantendrán estables a lo largo del tiempo, por lo que es buena idea monitorearlos en tiempo real, esto con el fin de responder a ellos de manera oportuna. A medida que el mercado cambie, es probable que nuevos riesgos emerjan o que un riesgo de menor prioridad adquiera mayor importancia y deba ser gestionado de otra manera, así que los planes y políticas de gestión deben de poseer un grado de flexibilidad que les permita ser modificados sobre la marcha.
Igualmente, es crucial revisar constantemente los datos que contribuyen a la toma de decisiones, ya que los errores e inconsistencias en la información pueden dar lugar a planes y acciones poco eficaces.
Invertir en ciberseguridad
Con el surgimiento de nuevas tecnologías cada vez más accesibles para la población general y, por ende, para entidades fraudulentas, el impacto financiero de los problemas de ciberseguridad ha adquirido mayor relevancia con el paso del tiempo. De hecho, de acuerdo con una encuesta de PwC, el 88% de los ejecutivos de empresas consideran los riesgos de ciberseguridad como una preocupación importante.
Tomando esto en cuenta, nunca se debe pasar por alto la opción de invertir en ciberseguridad, dado que, conforme el entorno tecnológico y digital evolucione, es muy probable que nuevas amenazas vayan surgiendo de manera progresiva.
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Vigilar el rendimiento de las estrategias implementadas
Dada la naturaleza volátil del mercado y el amplio margen de error que el procesar una gran cantidad de datos suele implicar, la probabilidad de que una estrategia de manejo de riesgos tenga errores es relativamente elevada. Si bien es cierto que ningún plan de acción puede ser perfecto o ser completamente invulnerable a problemas, lo mejor que se puede hacer para garantizar su eficacia es vigilar su rendimiento y realizar modificaciones constantes.
Utilizar software de gestión de riesgos
La realidad es que la gestión de riesgos es una tarea difícil, ya que requiere de procesos de analítica complejos, de un amplio conocimiento del mercado y entorno económico, y un seguimiento constante de todas las posibles amenazas, entre otras cosas. Por lo tanto, siempre es buena idea apoyarse de software de gestión de riesgos y de todas las herramientas digitales relevantes para automatizar el proceso, reducir errores y garantizar que cualquier decisión tomada sea la mejor.
En Xepelin, tenemos la misión de impulsar el crecimiento y estabilidad de todo tipo de empresas sin importar su industria o tamaño, por lo que hemos diseñado distintas herramientas de tecnología con las que es posible simplificar la gestión de riesgos de diferentes maneras. Estas herramientas incluyen lo siguiente:
- Una plataforma de análisis de riesgos de terceros, con la que es posible consultar el nivel de riesgo de clientes y proveedores con base en información como su volumen de ventas e historial de deuda. Todo de manera rápida, sencilla y gratuita.
- Un sistema gratuito de monitoreo de datos en tiempo real que brinda información reciente y siempre actualizada sobre indicadores financieros, volúmenes de compras y ventas, y composición de cartera de clientes y proveedores, para así impulsar mejores decisiones y detectar posibles riesgos cuanto antes.
- Financiamiento rápido, seguro y 100% digital por medio del factoraje o factoring, que consiste en adelantar el pago de cuentas por cobrar para proteger la liquidez en todo momento y contar siempre con los recursos necesarios para afrontar los cambios en el mercado.
Para empezar hoy mismo a aprovechar esta y otras herramientas de tecnología, lo único que hay que hacer es crear una cuenta en Xepelin.
Xepelin cuida tu negocio con una herramienta que evalúa clientes y proveedores en minutos. Gracias a los modelos de inteligencia de datos puedes prevenir fraudes y conocer anticipadamente la exposición al riesgo, asegurando la continuidad de tus operaciones.