Los riesgos financieros consisten en la probabilidad de que alguna condición o suceso traiga consigo consecuencias negativas para las finanzas de tu empresa. Estos representan incertidumbre y, en muchas ocasiones, no pueden evitarse, no obstante, el conocerlos y estar informado sobre medidas de cómo gestionarlos puede reducirlos significativamente o permitirte manejarlos de forma segura.
Sin importar su tamaño, todas las empresas deben enfrentarse a riesgos constantemente, algunos son parte natural del panorama económico y otros se pueden asumir a cambio de posibilidades de crecimiento (como el pedir financiamiento externo o invertir). Sin embargo, las pymes en crecimiento suelen ser más vulnerables a ellos, dado que no siempre cuentan con los recursos para afrontarlos, por esto, es necesario que estén conscientes de todo lo que los riesgos implican para ellas, así como de las prácticas que pueden ejecutar para disminuirlos.
¿Qué representa un buen manejo de riesgos financieros para mi empresa?
Aprender a lidiar con los riesgos financieros brinda una mayor certidumbre ante los factores externos que pueden afectar a tu empresa. Además, puede resultar en una salud financiera más estable a largo plazo y en un crecimiento más constante que no se ve tan perjudicado en caso de que se presenten condiciones negativas.
Dado que una gran cantidad de riesgos no se pueden evitar, realizar planes para tu negocio, como un presupuesto o plan financiero, considerando siempre la posibilidad de un evento poco favorable, te prepara para el futuro y te permite crear proyecciones y metas realistas.
¿Cómo medir el riesgo en mi empresa?
Si bien el método para medir el riesgo en cualquier empresa dependerá de lo que se busque cuantificar, existen prácticas generales que son útiles para identificar las vulnerabilidades de tu negocio, algunas son:
- Análisis de datos: esta acción consiste en revisar detalladamente la información que tenga la empresa sobre su desempeño financiero y sobre los patrones de fluctuación del mercado y entorno económico con el fin realizar proyecciones sobre el futuro o incluso para saber tomar mejores decisiones en el presente. Para facilitar esto, existen herramientas digitales como Xepelin Suite que te ayuda a gestionar tus finanzas y a acceder rápidamente, y en un solo lugar, a métricas importantes de tu negocio.
- Ratios financieros: se trata de utilizar fórmulas diversas para calcular características específicas de tu negocio. Entre los más comunes están el ratio de endeudamiento y el ratio de rentabilidad.
- Utilizar modelos de valoración: existen modelos como el Modelo de Valoración de Activos Financieros (CAPM) que sirven para calcular el valor de los activos que posee una empresa y luego determinar el riesgo de inversión y la rentabilidad.
- Simulaciones y escenarios: consiste en plantear escenarios hipotéticos para deducir cómo se comportaría la empresa ante ellos. Puede realizarse uno por cada riesgo que se desee medir.
- Análisis de sensibilidad: es una estrategia que permite probar cómo distintas variables afectan el flujo de caja de una empresa.
Dependiendo del tipo de riesgo financiero que se desee medir o gestionar, se puede recurrir al uso de estas medidas, pero primero se debe conocer a fondo los tipos de riesgos y cómo afectan a tu empresa.
¿Cuáles son los tipos de riesgos financieros que existen?
Existen 5 tipos comunes de riesgos según la forma en la que pueden afectar las finanzas de tu empresa, estos son:
- Riesgo de liquidez
- Riesgo de mercado
- Riesgos operativos
- Riesgos legales
- Riesgo de crédito
Cada uno de ellos requiere de medidas específicas para afrontarlo y reducirlo efectivamente.
Riesgo de liquidez
Consiste en la probabilidad de que una empresa no sea capaz de cubrir sus gastos a corto plazo. Este es mayor cuando no se tienen los recursos suficientes para cumplir obligaciones de pago inmediatas, ya sea por una falta general de fondos o incluso cuando existe un gran número de activos, pero estos no pueden ser transformados a capital de manera rápida. Esto quiere decir que aunque un negocio posea una gran cantidad de artículos o servicios, tendrá un alto riesgo de liquidez si no logra venderlos.
Si deseas reducir el riesgo de liquidez de tu empresa, existen métodos de financiamiento como el factoraje, que consiste en el anticipo de tus cuentas por cobrar. Esta es una forma segura de obtener recursos provenientes de las ventas que hayas realizado a crédito o por pagos diferidos, que te permite evitar el endeudamiento y obtener capital inmediato.
Riesgo de mercado
Se refiere al riesgo que existe por las fluctuaciones del entorno económico al que pertenece la empresa. Esto abarca cualquier variabilidad en factores como la oferta y la demanda, las tasas de interés, la inflación, el valor de la moneda, etc. lo cual afecta los ingresos y costos de tu negocio y no puede ser controlado directamente.
Si bien es un riesgo difícil de controlar y anticipar, ya que depende de factores externos que pueden ser modificados por una inmensidad de variables, puede gestionarse mediante el análisis de datos. Algunos aspectos como los cambios en la oferta y la demanda por determinados periodos de tiempo, las tasas de inflación o los cambios en divisas pueden ser estimados mediante el análisis de patrones históricos de su comportamiento.
Riesgos operativos
Se trata de la pérdida económica potencial debido a fallos en la infraestructura de tu empresa. Puede aumentar debido a una mala organización, problemas de producción y maquinaria o errores humanos.
Este tipo de riesgo es difícil de cuantificar tanto en materia de incidencia como en materia de pérdida económica que resulta de él, debido a esto, puede ser difícil de gestionar. No obstante, la mejor forma de mitigarlo es mediante una revisión constante de las operaciones diarias de tu empresa y el establecimiento de políticas y planes de contingencia, así como en la incorporación de herramientas tecnológicas que permitan automatizar algunos procesos.
Riesgos legales
Este tipo de riesgo surge de la posibilidad de pérdidas relacionadas con el incumplimiento de normas legales u obligaciones fiscales y la subsecuente aplicación de multas o sanciones. El riesgo se aumenta considerablemente cuando no se conocen a fondo las leyes relevantes aplicables a la empresa o no se está al tanto de modificaciones a ellas. Es especialmente peligroso cuando se opera en otro país sin tener conocimiento completo sobre la jurisdicción local sobre impuestos o reglamentos administrativos para operar correctamente.
Al igual que los riesgos operativos, es difícil de cuantificar, sin embargo, es más fácil de gestionar, ya que únicamente es necesario estar informado sobre las obligaciones legales y fiscales de la empresa para mitigarlo.
Riesgo de crédito
Se refiere al riesgo de impago cuando se ofrece un producto o servicio a crédito o después de ofrecer un préstamo financiero. Aunque las instituciones financieras son las entidades empresariales que más suelen verse afectadas por este riesgo, cualquier empresa que realice ventas a crédito es vulnerable a este.
La mejor forma de mitigarlo es conociendo la cartera de clientes y proveedores de tu empresa para poder realizar negociaciones satisfactorias tomando en cuenta su comportamiento financiero. Esto se vuelve más sencillo con plataformas como XData de Xepelin, que te permite acceder a métricas valiosas de más de 1 millón de empresas, para que puedas tomar las mejores decisiones para proteger tu negocio.
¿Cómo identificar y mitigar los riesgos financieros?
Existen prácticas como Know Your Business (KYB) y Know Your Customer (KYC), las cuales son esenciales para comprender la solidez y confiabilidad de tus socios comerciales. Estas prácticas te permiten verificar la identidad y la integridad financiera de cualquier empresa con la que vayas a establecer un tipo de relación comercial, ya sea clientes o proveedores. Esto es con el objetivo de reducir el riesgo de fraude y asegurar que tus operaciones se realicen con entidades legítimas y solventes.
El afrontar cualquier tipo de riesgo puede ser intimidante, en especial para las pymes que necesitan una mayor estabilidad y recursos para lidiar con ellos. Sin embargo, asumir riesgos conlleva también oportunidades de crecimiento, por lo que el aprender cómo gestionarlos y conocer las herramientas que existen para hacerlo es de gran valor para que cualquier empresa emergente pueda enfrentarse sin temor al panorama en el que se encuentre.
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