Cuando buscas expandir tu empresa a través de la adquisición de otros negocios, tienes dos opciones: adoptar una estrategia de integración vertical o una de integración horizontal.
Cada una tiene sus ventajas, pero también sus respectivos riesgos y posibles limitaciones, así que debes ser cuidadoso al momento de elegir una sobre la otra o ambas, con el fin de tomar una decisión que se adapte a las metas y necesidades actuales de tu negocio.
La clave para llegar a esta elección es contar con información valiosa de lo que cada una representa, y aquí te la traemos en un solo lugar para que puedas tomar la mejor decisión posible sobre lo que le conviene más a tu empresa en este momento: una integración vertical, una integración horizontal o una estrategia mixta.
¿Qué es la integración vertical?
La integración vertical es una estrategia de crecimiento empresarial que consiste en la adquisición o absorción de compañías ubicadas en distintos segmentos de tu cadena de suministro (como la extracción de materiales, producción, distribución, embalaje, etc.), teniendo así mayor control sobre esta.
Básicamente, la integración vertical se basa en que tu organización crezca incorporando más y más roles dentro de su propia cadena de suministro.
Tipos de integración vertical
Dependiendo de la dirección que una integración vertical sigue en la cadena de suministro, una estrategia de este tipo se puede dividir en tres categorías: integración hacia atrás, integración hacia adelante o integración balanceada. Esto es lo que cada una representa:
Integración hacia atrás
En ella, la expansión ocurre en dirección hacia el inicio de la cadena de suministro. Por ejemplo, si tu empresa vende mercancías compradas al mayoreo en el sector retail, una integración vertical hacia atrás implicaría adquirir negocios de manufactura o extracción de materias primas.
Integración hacia adelante
En este caso, la expansión ocurre hacia el final de la cadena de suministro. Si tu negocio manufactura piezas para autos, una integración vertical hacia adelante conllevaría adquirir empresas que se encarguen también de la producción de vehículos completos o su comercialización a clientes finales.
Integración balanceada
Cuando las integraciones hacia adelante y hacia atrás ocurren simultáneamente, se dice que la estrategia utilizada es una integración vertical balanceada.
Lo que puede la integración puede y no puede lograr
Ahora bien, ¿para qué serviría optar por una integración vertical en tu empresa? Usualmente, esta decisión es tomada con el propósito de lograr alguna de estas metas:
- Disminuir costos a través de la adopción de tareas usualmente asignadas a terceros.
- Tener mayor control sobre la calidad y tiempos de entrega de productos o materias al poder influenciarlos directamente.
- Asegurar la continuidad del abastecimiento, teniendo mayor poder sobre la gestión de disrupciones en la cadena de suministro.
- Optimizar la fijación de precios por medio de un mayor control sobre costos.
- Mejorar la posición en el mercado indirectamente, creando fricción en el acceso a ciertos servicios o productos que otros competidores podrían requerir.
Por supuesto, incluso con estos beneficios, esta estrategia trae consigo ciertos riesgos y limitaciones, tal y como estos:
- Como cualquier otra estrategia de expansión, exige una inversión inicial alta.
- Genera cierta rigidez ante cambios en el mercado, ya que implica realizar cambios profundos en diversas y variadas áreas en vez de una sola. Por ejemplo, la reestructuración fundamental de una planta productora con el fin de reducir costos en vez de un simple cambio de proveedores.
- Para ser efectiva, exige un alto nivel de coordinación, puesto que conlleva aprender a administrar nuevas tareas y procesos para los cuales puede no existir experiencia previa.
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Ejemplos prácticos de integración vertical
Hay muchas formas en las que una estrategia de integración vertical puede presentarse y, para ilustrar de mejor manera estas posibilidades, a continuación brindamos dos ejemplos distintos:
Integración vertical en una cadena de restaurantes
Después de afrontar varias quejas debido a alimentos en mal estado que persisten tras un cambio de proveedores, una cadena de restaurantes opta por la integración vertical de negocios productores de vegetales para tener mayor control sobre su calidad.
Integración vertical en un negocio mayorista
Para expandir su presencia y aumentar sus ingresos, una empresa mayorista se integra verticalmente con ciertas tiendas retail para tener contacto directo con clientes y tener poder de decisión sobre la forma en la que sus productos son publicitados y vendidos.
¿Qué es la integración horizontal?
Por su parte, la integración horizontal involucra adquirir o fusionarse con empresas competidoras dentro del mismo nicho en el que opera tu organización, o que realizan actividades similares, y en el mismo lugar dentro de la cadena de suministro.
En pocas palabras, se basa en crecer ocupando una porción más grande de un mercado.
Formas en las que se puede llevar a cabo una integración horizontal
De la misma forma que las integraciones verticales, las horizontales pueden clasificarse en tres tipos: fusiones, adquisiciones y expansiones internas, y esto es lo que cada una representa:
Fusiones
En este tipo de integración, dos o más compañías similares se juntan en una nueva entidad legal que desempeña las mismas actividades comerciales, pero que, debido a su nuevo tamaño, ocupa una porción más grande del mercado y cuenta con el doble de recursos y experiencia.
Como ejemplo: dos grandes consultoras de negocios que se integran para competir más fácilmente con corporativos similares, pero reduciendo su competencia general.
Adquisiciones
En este caso, una empresa de mayor tamaño compra las acciones de una más pequeña y toma control sobre sus activos y operaciones, consiguiendo acceso a experiencia particular y un nuevo nicho de mercado, así como eliminando una porción de su competencia.
Un ejemplo podría ser un corporativo bancario que adquiere a una fintech más pequeña para tener acceso a su base de clientes más moderna o joven, sin tener que competir con ella.
Expansiones internas
No implica ninguna compra o fusión entre dos entidades, sino que representa la creación, por parte de una organización, de una nueva empresa que cumple un papel diferente dentro de un mismo mercado o industria. Por ejemplo, una compañía de celulares que comienza a producir y vender laptops.
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Propósito y limitaciones de la integración horizontal
¿Por qué sucede que las empresas recurren a una estrategia de integración horizontal? Dado que esta decisión tiene el potencial para generar estos beneficios:
- Reducir costos, creando sinergias entre las áreas y departamentos de dos organizaciones similares.
- Minimizar la competencia por medio de su incorporación.
- Conseguir acceso a nichos o regiones nuevas que pueden traer mayores ingresos, sin tener que invertir en introducirse en ellos desde cero.
- Obtener mayor poder de negociación frente a proveedores y así lograr descuentos, alianzas estratégicas u otras ventajas.
- Acceder a tecnologías o conocimientos específicos necesarios para continuar evolucionando o compitiendo en un mercado.
- Tomar mayor control sobre un mercado y así obtener mayor poder para influir en él.
A pesar de estos beneficios, una estrategia de este estilo implica también aceptar algunos riesgos y limitaciones como estos:
- Las empresas adoptadas podrían tener una cultura demasiado diferente y causar problemas que eviten la rentabilidad del proyecto.
- De la misma forma, diferencias tecnológicas y de infraestructura tienen el potencial de provocar fricciones.
- Pueden llevar a una diversificación de riesgos baja que, en teoría, aumentaría el impacto de cambios en la demanda.
- Las adquisiciones traen consigo costos elevados, e incluso las fusiones mutuas suelen conllevar altos costos legales y de asesoría.
- Muchas integraciones horizontales representan un riesgo de monopolio para instituciones regulatorias, así que son complicadas y vigiladas muy de cerca.
Ejemplos de integración horizontal
Con el fin de dejar claras las formas diferentes en las que una estrategia de integración puede verse y las maneras en las que puede transcurrir, aquí hay dos ejemplos hipotéticos:
Integración horizontal en una cadena de televisión
Para tener acceso a un público nuevo sin invertir tiempo y esfuerzo en crear contenido relevante para este desde cero, una cadena de televisión aplica una estrategia de integración horizontal y adquiere un canal más pequeño, especializado en contenido para la audiencia que busca alcanzar.
Integración horizontal en una franquicia de cafés
En un entorno cada vez más competitivo, dos franquicias de café unen su experiencia y recursos para formar una cadena aún más grande, con mayor cuota de mercado, con el propósito de reducir su competencia al mismo tiempo de que se convierten en una entidad más poderosa.
Estrategia de integración mixta o híbrida: ¿Qué implica?
Lo cierto es que, en la práctica, no siempre es necesario elegir una estrategia de integración sobre otra, sino que es posible incorporar elementos de ambas a la vez en un enfoque mixto o híbrido.
Por ejemplo, tu empresa puede invertir en adquirir organizaciones dedicadas a la extracción de recursos para tener más control sobre su suministro, al mismo tiempo de que absorbe a ciertos competidores de menor tamaño para reducir su competencia neta, cumpliendo dos objetivos a la vez.
Claro, a menos que cuentes con una gran cantidad de dinero y tiempo, esta decisión implica una división o dilución de recursos, puesto que no es posible invertir la misma magnitud de dedicación a dos estrategias simultáneas en vez.
Sin embargo, también es posible adoptar una estrategia mixta general, pero priorizando una integración vertical en ciertos momentos y una de tipo horizontal en otros, dedicando recursos a cada una en instantes selectos, pero con la intención de aprovechar ambas a grandes rasgos.
Integración vertical u horizontal ¿Cuándo elegir una sobre la otra y cuándo utilizar ambas?
Entonces, ¿cuándo es mejor una estrategia sobre la otra? Toda la información anterior te puede brindar una idea más concisa sobre estos instantes, pero, para ayudarte a llegar a una decisión aún más rápida, aquí te resumimos los mejores momentos para optar por una integración vertical, horizontal o híbrida en tu empresa:
- En general, una estrategia vertical es lo mejor si: las prioridades de tu empresa están en controlar su cadena de suministro, ya sea para mejorar sus tiempos de entrega, estabilizar su calidad, asegurar abastecimiento, reducir ciertos costos en la transición entre proceso y proceso, etc.
- Una estrategia horizontal puede ser mejor idea si: lo que tu negocio necesita ahora es impulsar su posición comercial, ya sea para afrontar un entorno muy competitivo, incrementar su cuota, aprovechar un modelo de negocios exitoso, expandirse a más mercados, etc.
- Un acercamiento híbrido puede ser la solución si: tu empresa debe priorizar equilibrio, enfocándose en impulsar su posición y controlar su abastecimiento simultáneamente, ya sea porque opera en un entorno dinámico y requiere estabilidad, tiene objetivos y necesidades diversificados o complejas, etc.
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En conclusión, ambas estrategias son perfectamente válidas y tienen el potencial para impulsar a tu empresa, pero hay momentos en los que una puede hacer más sentido que otra y debes saber identificar estos instantes para capitalizar cada oportunidad al máximo y alcanzar las metas de tu negocio eficientemente.
De cualquier forma, el éxito de estos y otros tipos de estrategias de crecimiento depende de una sola cosa: capital suficiente, así que nunca está de más recordar la importancia que una fuente confiable, suficiente y accesible de financiamiento, como Xepelin, tiene en el contexto empresarial.
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