El entorno económico de las empresas suele estar marcado por grandes periodos de desafío, donde mantener la liquidez se convierte en un factor crucial para mejorar la competitividad y adaptabilidad en un mercado en constante evolución. Esta capacidad de gestionar eficientemente los recursos financieros puede marcar la diferencia entre simplemente sobrevivir o lograr un crecimiento significativo en el sector en el que se desarrolla tu empresa.
En este contexto, surge el factoring como un salvavidas financiero, destacado por su flexibilidad y accesibilidad. Este método no ejerce control sobre la gestión del dinero del cliente, ni impone requisitos estrictos de historial financiero; en cambio, brinda acceso a capital fundamentado en ingresos futuros mediante el adelanto de cobro de facturas pendientes de pago. Dada esta naturaleza, no es sorpresa que el factoring esté ganando terreno y se esté consolidando como una tendencia en el ámbito del financiamiento empresarial ¿Pero qué hace que esta modalidad sea tan atractiva y cómo está redefiniendo las reglas del juego financiero?
¿Por qué el factoring online es la tendencia en financiamiento?
Las empresas se enfrentan a una serie de retos significativos, entre los que se incluyen las fluctuaciones del mercado, una competencia cada vez más intensa, y periodos de inflación o incertidumbre económica. Estos desafíos pueden afectar la estabilidad financiera y la capacidad de crecimiento de las empresas, haciendo esencial la búsqueda de soluciones efectivas.
Esto nos dice que es prácticamente imposible que una empresa, por bien administrada que esté, pueda efectuar todas sus actividades de forma eficiente y simultáneamente prescindir de los bienes y servicios especializados disponibles en el mercado financiero.
Por eso, la razón principal de su popularidad se debe a su eficacia y confiabilidad. Es una de las formas más comunes que tienen las empresas de conseguir liquidez sin endeudamiento, ya que se trata de un adelanto de cobre de sus propias facturas. El factoring tiene la solución fácil e inmediata para ayudar a las empresas que carecen de un historial crediticio o experimentan presión en su flujo de caja debido a los plazos extendidos de sus clientes. Esto proporciona un horizonte saludable y tangible financieramente hablando.

¿Por qué debería optar por el factoring?
El factoring es una solución de financiamiento flexible que ofrece a las empresas una forma rápida y segura de obtener liquidez al instante. Al optar por el factoring, no hay necesidad de asumir todos los riesgos de cobro, ya que la entidad financiera asume parte del riesgo.
Esto significa que no solo recibes tus fondos más rápido, sino que la carga administrativa se reduce notablemente. Esto le da a tu empresa la capacidad para hacer pagos a sus proveedores y mejorar su situación financiera sin reducir su capital circulante y fortaleciendo relaciones comerciales.
Otra característica del factoring es que ofrece un plan de pago flexible para adaptarse a las necesidades individuales de cada empresa. No hay tarifas mensuales ni comisiones ocultas; solo se cobra una tarifa única por transacción basada en el volumen total facturado mensualmente. Esto significa que tendrás control total sobre tu gasto en función de tus metas financieras futuras. Además, el factoring te permite financiar a largo plazo sin comprometer tus activos y sin tener que presentar información extensa sobre tu historial financiero previo para solicitarlo.
¿Qué financia el factoring?
El factoring financia las cuentas por cobrar de una empresa, las cuales son los montos que una empresa debe cobrar a sus clientes por los bienes o servicios que les ha vendido, conocido como facturas.
Entonces, cuando una empresa recurre al factoring, vende sus facturas a un factor, que es una empresa que se especializa en el financiamiento de cuentas por cobrar. El factor paga a la empresa una parte del valor de las facturas, generalmente entre el 80% y el 90%. La empresa luego recibe el resto del valor de las facturas cuando el cliente paga al factor.
Factoring digital o factoring tradicional
El factoring online o digital es una tendencia cada vez más popular, porque les permite a las empresas obtener financiamiento de sus facturas de forma rápida, segura y flexible. Y todo eso se logra desde las plataformas digitales. En cambio, el factoring tradicional implica una mayor interacción cara a cara o vía telefónica con representantes de alguna institución física, por lo que involucra más tiempo y papeleo. Esto puede ser adecuado para empresas que buscan una interacción más personalizada y están dispuestos a cumplir con requisitos más estrictos.
El factoring digital no difiere mucho de la forma tradicional de hacer las cosas. La principal diferencia radica en el hecho de que no hay bancos implicados en este proceso y, por lo tanto, en el factoring online no necesitas tener una cuenta aperturada en una institución para recibir los fondos, puedes hacerlo directamente en línea y por lo que es más fácil de usar y pagar.
Al final del día depende del tipo de negocio y necesidades específicas individuales para decidir si optar por el factorizado tradicional o soluciones digitales avanzadas como Xepelin, que ofrece herramientas digitales de gestión de facturas que simplifican los pagos, ofrecen visibilidad y transparencia en las transacciones, permitiendo a las empresas tener un control completo sobre sus operaciones.
Pasos para adoptar el factoring en mi empresa
Es importante determinar la necesidad existente de financiamiento y comparar el factoring como aliado estratégico para tu empresa, con otros métodos tradicionales para ver cuál encaja mejor con sus requerimientos particulares. Algunas cuestiones a tener en cuenta incluyen tarifas asociadas, la rapidez con que el dinero está disponible y cualquier limitación relacionada con los criterios de aprobación.
Una vez que hayan determinado el tipo de solución adecuada para su empresa, se pueden buscar las mejores opciones de factoring en Chile, o empresas de factoraje en México.
Los siguientes pasos implican reunir información pertinente como datos sobre su negocio (estructura legal, ubicación física e ingresos) y clientes potencialmente involucrados (detalles bancarios), junto con documentación contable.
Esta información será utilizada por la empresa de factoring elegida para procesar el crédito empresarial antes de firmar un contrato entre ambas partes, especificando responsabilidades mutuas y condicionantes asociados a la transacción individual propuesta por el factorizador.
Adoptar este método puede convertirse en un gran impulso para tu empresa gracias a sus beneficios ágiles y flexibles sin comprometer activos preciados o incurrir en endeudamiento externo.

¿Cómo paga el factoring cuando se cede una factura?
Cuando se cede una factura a una empresa de factoring, ésta proporciona una suma de dinero a cambio de la factura. Esto generalmente se hace en un plazo de 24 horas, después de verificar los datos para asegurarse de que son correctos. Luego la empresa de factoring realiza el pago al cliente en el plazo acordado, generalmente entre 2 y 4 semanas, aunque Xepelin te hace llegar los recursos en el mismo día. El precio total del préstamo incluye los intereses y los costos de servicio, que varían dependiendo del tamaño del préstamo y el plazo.
Una empresa de factoring recoge el importe directamente del cliente cuando este tendría que pagar la factura. El proceso de factoring se inicia cuando el proveedor envía su factura a la empresa de factoring, que realiza un análisis detallado de los datos. A continuación, la empresa de factoring proporciona al proveedor un anticipo de la cantidad acordada, lo que le brinda liquidez inmediata. Luego, cuando el pagador de la factura cumple con su pago, lo hace directamente a la empresa de factoring, que recibe esos fondos. Finalmente, la empresa de factoring entrega al proveedor el monto restante, deduciendo sus comisiones por el servicio.
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¿Quién paga las facturas?
En el proceso de factoring, quien paga las facturas es el cliente o deudor de la empresa que ha vendido la factura al factor. La empresa que originalmente emitió la factura vende esta factura a una entidad de factoring para obtener liquidez. Posteriormente, el cliente que debe pagar esa factura realiza el pago directamente a la entidad de factoring, no a la empresa original.
Una vez que la entidad de factoring recibe el pago del cliente, transfiere a la empresa original el monto restante, descontando las comisiones y tasas acordadas. De esta manera, la entidad de factoring asume el riesgo y la gestión del cobro, mientras que la empresa obtiene financiamiento rápido.
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