Aunque se le suele dar prioridad a la gestión de pasivos y activos financieros de un negocio, ya que es más sencillo cuantificarlos gracias a las herramientas digitales de rastreo de datos en tiempo real que existen, analizar los activos y pasivos no financieros es igual de importante en la reducción de distintos tipos de riesgos. Sin embargo, en ocasiones, no se comprende a fondo el impacto que estos tienen en un manejo empresarial y operacional exitoso.
Por esto, en este artículo hablaremos sobre el papel que juegan los pasivos y activos no financieros en la gestión empresarial, su importancia, y algunos consejos que puedes seguir para mejorar su administración.
¿Cuáles son los pasivos y activos no financieros?
Los activos no financieros son todos los recursos que posee una empresa que obtienen su valor con base en sus características físicas y su utilidad. A diferencia de los activos financieros, que tienen asignado un valor claro y son más líquidos, el valor de estos es determinado por distintos factores y suelen considerarse como fijos, ya que no son tan fáciles de convertir en efectivo.
Estos recursos pueden ser tangibles (como inmuebles, vehículos, máquinas, etc.) o intangibles (como datos, patentes y propiedad intelectual). Aunque ambos generan valor en un negocio, únicamente los tangibles se registran en el balance general, ya que son relativamente más fáciles de valorar. Igualmente, esta clase de activos se pueden dividir en producidos (cualquier recurso obtenido tras un proceso de producción, como el inventario) o no producidos (como cualquier materia y recurso natural que se pueda convertir en otra cosa).
Por otro lado, los pasivos no financieros son todos los compromisos empresariales que se pueden solventar con recursos no económicos, tales como las obligaciones resultantes de recibir por adelantado el pago de un producto o servicio, las pólizas de garantías de un artículo o las recompensas asociadas con un programa de lealtad. En esta categoría, también son clasificados los pasivos que no surgen propiamente de una transacción económica, como impuestos, pagos de seguros de empleados, etc.
¿Por qué son importantes los activos no financieros?
Los activos no financieros son importantes porque, a pesar de que pierden su valor a lo largo del tiempo, lo hacen de forma más lenta que otros activos más líquidos y, además, mantienen por mucho tiempo su capacidad para generar ganancias en una compañía. Por esta razón, son una parte crucial de la solvencia económica, ya que es posible que una empresa carezca de liquidez en determinado momento, pero pueda solventar su deuda si se liquidaran los demás recursos no financieros que posee.
Además, estos recursos pueden ser explotados para generar nuevos flujos de ingresos o revenue streams a través de la renta de inmuebles y vehículos o el leasing de maquinaria y herramientas, por ejemplo.
Cabe mencionar que los activos no financieros suelen ser más difíciles de valuar y vender, ya que su valor depende de factores externos (como el comportamiento del mercado) y venderlos requiere de encontrar este valor y negociar un precio ante un posible comprador. Igualmente, es necesario calcular su depreciación, que es equivalente al valor que pierden progresivamente conforme son utilizados, lo cual se registra en el balance general de una empresa.
¿Cuál es el impacto de los pasivos no financieros?
Cuando una empresa no solventa sus pasivos no financieros, su reputación, confiabilidad y legalidad se ven impactados directamente. Por ejemplo, si una empresa falla constantemente en entregar sus productos a tiempo o tarda en entregar las recompensas prometidas en un programa de lealtad, sus clientes dejarán de confiar en ella y es posible que busquen opciones alternativas.
Aunque resulta obvio que una empresa debe de afrontar estas responsabilidades, los errores u obstáculos que puedan surgir en algunos procesos operacionales tienen el potencial de impedirlo, por lo que desarrollar mejores prácticas en la gestión y valoración de activos es vital.
¿Cómo se determina el valor de los activos y pasivos no financieros?
Dado que los pasivos no financieros resultan de un acuerdo, contrato o reglamentación previa (en caso de los impuestos), su valor se estipula claramente en estos. Sin embargo, para que un activo sea valorado apropiadamente antes de venderlo, se deben tomar en cuenta factores como:
- La etapa de su vida útil en la que se encuentra
- Su depreciación
- El valor en el mercado de productos con características similares
- Sus características físicas (por ejemplo, materiales con los que está hecho o ubicación, en caso de tratarse de un inmueble)
- Su valor operacional (es decir, sus usos potenciales)
- Las regulaciones legales a las que está sujeto
- Su rentabilidad futura
Todos estos factores serán considerados para encontrar un precio apropiado durante la fase de negociación de venta de un activo, por lo que es importante estar consciente de ellos. De lo contrario, existe el riesgo de sobreestimar su valor (lo cual puede resultar en análisis de solvencia erróneos) o subestimarlo (y generar pérdidas financieras).
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Tipos de riesgos mitigados por la gestión apropiada de activos y pasivos no financieros
Manejar adecuadamente los activos y pasivos no financieros reduce varios tipos de riesgos, tanto financieros, como aquellos que no lo son. En cada caso, esto ocurre de la siguiente manera:
- Riesgos de mercado: al valorar correctamente los recursos que posee una empresa y comprender los factores que influyen en su valor, es posible tomar mejores decisiones de compra y venta que respondan ante las fluctuaciones en costos de producción y la demanda de distintos productos.
- Riesgos de solvencia: al saber cómo valorar un activo, es más fácil venderlo al precio correcto sin perder ganancias en transacciones de bajo valor y sin otorgarle a un recurso un valor excesivo que puede no generar los ingresos esperados al momento de su venta.
- Riesgos operativos: invertir en mantenimiento anticipado impide que un activo pierda valor rápidamente o que reduzca su vida útil antes de tiempo, evitando disrupciones operacionales.
- Riesgos reputacionales: al evitar fallas operacionales, una compañía puede mantener su proceso de producción normal y afrontar sus obligaciones no financieras, evitando afectaciones en su reputación frente a consumidores y socios.
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Consejos para la gestión de activos y pasivos no financieros
Queda claro que la gestión de activos y pasivos no financieros soluciona varios problemas y reduce ciertos riesgos, pero ¿qué se puede hacer para llevarla a cabo? Algunos consejos a seguir para alcanzar esto son los siguientes:
- Invertir en mantenimiento preventivo antes de que alguna máquina o vehículo deje de funcionar e interrumpa el ciclo de producción. Esto permitirá planear en lugar de reaccionar ante dificultades y garantizará que la empresa pueda seguir operando y cumpliendo con sus obligaciones.
- Monitorear constantemente los cambios en la demanda de productos y servicios, la inflación y la depreciación para tomar decisiones estratégicas de compra y venta basadas en información real.
- Establecer procesos de valoración exhaustivos que faciliten el determinar correctamente el precio de un activo antes de comprarlo o venderlo.
- Diversificar la inversión para reducir los riesgos asociados con adquirir un solo tipo de recursos. Por ejemplo, al adquirir inmuebles con el fin de rentarlos, pensar en comprarlos en distintas ubicaciones para evitar perder ingresos en caso de que las propiedades en una zona específica pierdan su valor.
- Actualizar activos a opciones más eficientes, lo cual tendrá efectos en aumentar la vida útil de cada uno, mejorar su productividad y así afrontar de manera más sencilla los pasivos no financieros y otras obligaciones. Por ejemplo, reemplazar maquinaria antigua por alternativas más modernas que permitan afrontar la creciente demanda de algún producto particular.
- Revisar procedimientos constantemente para identificar errores de uso o fallas que reduzcan la vida útil de un activo y tomar las medidas apropiadas para solucionarlos.
Gestionar correctamente todos los activos y pasivos de una empresa, sin importar si son financieros o no, es la clave para incrementar su rendimiento y generar mayores ganancias. Para mejorar el manejo de las finanzas de tu negocio, puedes integrar una herramienta de gestión financiera que te permita controlar distintos procesos, como pagos, solicitudes de financiamiento, y monitoreo de compras y ventas, entre otros, de forma 100% digital y en un solo lugar.
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