Como parte de un proceso adecuado de gestión de riesgos, una vez identificadas, medidas y analizadas las posibles amenazas principales a los que está expuesta tu empresa, es momento de elegir la estrategia que ayudará a controlarlas.
Efectivamente, la decisión final depende, por completo, de las metas, necesidades y tolerancia al riesgo que posee tu negocio, pero las características especiales de cada estrategia y método de respuesta suelen ser mejor aprovechadas en circunstancias y casos específicos, por lo que resulta buena idea conocer cada una de las opciones disponibles para conseguir los mejores resultados.
Con el fin de simplificar este proceso de elección, en este artículo hablaremos sobre los 4 métodos principales de respuesta que existen para enfrentar distintos riesgos, sobre cómo elegir entre ellos según las circunstancias y sobre las estrategias de gestión que cada uno de estos métodos engloba, así como el momento indicado para implementarlas.
Evasión de riesgos
El método de respuesta de evasión consiste en hacer todo lo posible por eliminar, en su totalidad, la exposición a riesgos particulares. En general, suele ser la mejor opción cuando las consecuencias de una posible amenaza tienen el potencial de ser demasiado significativas, cuando no existe la infraestructura necesaria para contrarrestarlas o cuando el posible impacto negativo de una opción supera sus beneficios.
En un contexto práctico, el método de prevención o evasión se utiliza en situaciones como la protección contra fraude o filtraciones de información, la evaluación de la capacidad de pago de clientes para evitar asumir riesgos crediticios y la implementación de medidas de seguridad laboral específicas, por mencionar algunos ejemplos.
Si bien es cierto que resulta imposible evadir por completo los riesgos asociados con gestionar a una compañía, existen ciertas amenazas que se pueden prevenir o evitar en su mayoría mediante este método.
Estrategias de evasión
Algunas de las estrategias de evasión más relevantes pueden ser la creación de barreras, la sustitución y la creación de protocolos junto con su auditoría constante. Esto es lo que cada una de ellas conlleva:
- Creación de barreras: consiste en establecer obstáculos que reduzcan la exposición a riesgos; por ejemplo: la utilización de materiales de protección en la industria de la construcción o la generación de barreras de seguridad digitales que impidan la entrada de ciberataques.
- Sustitución: involucra cambiar elementos riesgosos de un negocio (como materiales, socios comerciales, etc.) por alternativas más seguras; por ejemplo: cambiar clientes o proveedores inestables por otros más constantes o sustituir materiales peligrosos o de baja calidad por otros diferentes con el fin de evitar riesgos reputacionales y de seguridad.
- Creación de protocolos y auditoría constante: se basa en el diseño de planes de acción para desempeñar actividades o procesos de manera libre de riesgo, así como en el monitoreo constante de que estos planes se respeten; por ejemplo: la creación de planes de seguridad en el entorno laboral.
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Reducción o mitigación de riesgos
Por su parte, el método de reducción o mitigación se basa en enfocar los esfuerzos de gestión en reducir el impacto de las posibles consecuencias negativas asociadas con que un riesgo se materialice. Suele ser el método ideal a seguir cuando la exposición a ciertas amenazas resulta inminente y su impacto puede ser significativo o cuando existen los recursos suficientes para manejar las posibles consecuencias negativas de un escenario y estas son inferiores a las ganancias potenciales que conlleva.
Una gran cantidad de procesos empresariales suelen ser gestionados mediante este método para reducir la posibilidad de que los riesgos asociados a ellos se vuelvan realidad o para mitigar sus efectos. De hecho, se trata del método más utilizado, puesto que una gran cantidad de los riesgos que enfrentan los negocios día a día no se pueden evitar, pero sí reducir.
Estrategias de reducción o mitigación
Cualquier tipo de estrategia que reduzca la probabilidad de que un riesgo se convierta en consecuencias tangibles o que reduzca su impacto entra en esta clasificación, por lo que las estrategias de mitigación son numerosas. Sin embargo, muchas de estas estrategias se apoyan en 2 acciones: la diversificación y la amortiguación, las cuales se pueden describir de esta manera:
- Diversificación: consiste en distribuir un riesgo particular entre diferentes opciones para disminuir su posible impacto negativo; algunos ejemplos son la diversificación de proveedores para reducir el impacto de disrupciones comerciales y la diversificación de revenue streams para mitigar los efectos derivados de que una fuente de ingresos sufra fluctuaciones drásticas.
- Amortiguación (buffering): implica crear “amortiguadores” que reduzcan los efectos de un riesgo; en la práctica, esta estrategia se puede observar en forma de planes de contingencia o fondos de emergencia económicos.
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Transferencia de riesgos
El método de transferencia se basa en migrar la exposición a un riesgo particular hacia otra entidad, manteniendo exactamente iguales los posibles efectos negativos del riesgo, pero evitándolos de manera efectiva. Este suele ser el método ideal para situaciones en donde las consecuencias de un escenario negativo tienen el potencial de ser de gran magnitud, en donde no existe forma de mitigar o evitar el riesgo y en donde hay alguna parte interesada que pueda asumir un riesgo particular a cambio de alguna compensación.
Estrategias de transferencia
En esencia, y en un contexto práctico, son 2 las estrategias de transferencia a las que es posible recurrir:
- Contratación de seguros: probablemente, el ejemplo más clásico de transferencia de riesgos, se basa en la contratación de una póliza de seguros para proteger a activos específicos (como vehículos e inmuebles) ante daños, transfiriendo el riesgo financiero a otra compañía a cambio de cuotas periódicas.
- Documentos de exención de responsabilidad: consisten en transferir el riesgo legal y físico derivado el uso inapropiado de algún producto a un consumidor; esto puede ocurrir en industrias que comercializan mercancías como alcohol o tabaco.
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Aceptación de riesgos
El método de aceptación consiste en asumir la probabilidad de que un riesgo tenga consecuencias tangibles sin hacer nada para evitarlo o contrarrestar su impacto. Tiende a ser la mejor opción cuando los posibles efectos de un escenario negativo no resultan importantes, cuando el costo de mitigación es mayor al posible impacto de alguna amenaza o cuando la probabilidad que un riesgo se materialice es considerablemente baja.
Estrategias de aceptación
Por definición, el método de aceptación implica no hacer nada para afectar las probabilidades de que un riesgo se vuelva un escenario real o sus efectos. Sin embargo, el entorno comercial siempre está cambiando y los riesgos que se pueden aceptar en un momento podrían tener que ser mitigados en el futuro, por lo que una estrategia de este tipo siempre involucra el monitoreo constante.
Esta acción tiene el propósito de vigilar que, en efecto, los riesgos aceptados se mantienen en valores razonables y de detectar de manera oportuna el momento en el que alguno de ellos pueda volverse más significativo para crear un plan de respuesta más elaborado para controlarlo.
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Con esta información, elegir el mejor método y estrategia de gestión a implementar para manejar los riesgos a los que tu empresa puede estar expuesta puede ser un proceso más rápido, sin que esto implique sacrificar la calidad de una decisión. No obstante, siempre es aconsejable apoyar la gestión de riesgos con herramientas digitales que la simplifiquen y la vuelvan mucho más eficaz.
Entre estas herramientas, es posible destacar la funcionalidad de Gestión de mi Ecosistema, de Xepelin, que te permite acceder a reportes completos sobre posibles clientes y proveedores para obtener una perspectiva clara y concisa sobre su estabilidad económica, su capacidad de pago y otras métricas esenciales para determinar si podrían ser aliados de valor y de bajo riesgo.
Así, además de evitar entrar en contacto con posibles amenazas, puedes gestionar fácilmente la cartera de clientes y proveedores de tu negocio y encontrar oportunidades comerciales importantes.
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