Si bien es verdad que el mercado latinoamericano de financiamiento de facturas (factoring) se está expandiendo rápidamente, con estimaciones que apuntan a un valor de $206.6 billones de dólares para 2025, la realidad es que esta alternativa de financiación continúa sin ser ampliamente utilizada en el país. De hecho, de acuerdo con cifras del Banco Central, solo alrededor del 7% de las empresas chilenas realizan esta práctica.
Las razones detrás de esto son diversas, pero se pueden destacar la falta de conocimiento que existe en torno a este producto financiero, la prevalencia de los créditos tradicionales como método de financiamiento más común y los mitos erróneos que se asocian con el factoring. En este contexto, muchos dueños de negocios se preguntan: ¿Por qué debería elegir al factoring sobre otra opción mucho más familiar? La respuesta a esta pregunta se encuentra en las múltiples ventajas que esta práctica puede generar, pero que, con frecuencia, se esconden detrás de ideas falsas y desinformación.
En este artículo, hablaremos sobre dichas ventajas, esto con el fin de impulsar a las empresas que más se podrían beneficiar de esta solución a considerarla para cubrir sus necesidades económicas de la mejor manera y sin incertidumbre alguna.
No genera deuda
Una de las razones por las que el financiamiento a través de facturas es una buena opción es que, a diferencia de soluciones tradicionales de financiación, esta alternativa no genera deuda ¿De qué manera? En una operación de factoring, una empresa cede los derechos de facturas por cobrar a una institución financiera, esto con el propósito de adelantar un porcentaje de su valor; posteriormente, la empresa le paga el monto completo de la factura a la institución una vez que recibe el pago por parte del cliente original. Entonces, dado que, más que un crédito, el factoring es una venta de activos, no es capaz de generar deuda, a menos de que se excedan sus fechas límites de pago.
Esta condición lo hace particularmente valioso para negocios que no pueden permitirse incrementar su volumen de deuda, ya sea por motivos financieros, operacionales o relacionados con la construcción de un buen score crediticio.
Se paga a corto plazo
Mientras que adquirir un crédito o préstamo implica contraer un compromiso a largo plazo que deberá de ser gestionado adecuadamente por un periodo de tiempo considerable, generalmente, el factoring es una obligación que se solventa a corto plazo (en un periodo que puede ir de los 30, hasta los 120 días).
¿Por qué esto es una ventaja? Un menor número de cuotas por pagar y fechas de pago a monitorear, suelen ir de la mano con menores dificultades administrativas y financieras para gestionar el financiamiento. El financiamiento tradicional implica poner gran atención en múltiples fechas de pago, porcentajes de utilización, pagos mínimos e intereses generados a lo largo del tiempo, esto con el fin de evitar niveles críticos de endeudamiento; en cambio, con el factoring solo es necesario preocuparse por pagar a tiempo las facturas financiadas, sin tener que pensar en todos estos factores.
Es rápido de aprobar
Gracias a la innovación en materia tecnológica que las fintechs han alcanzado en cuanto a procesos de due diligence y gestión de riesgos, las solicitudes de factoring recibidas por ellas suelen ser rápidamente evaluadas y aprobadas. Esto ocurre gracias al aprovechamiento de herramientas de inteligencia artificial, las cuales se encargan de analizar rápidamente el perfil de cualquier solicitante de manera rápida y con un margen de error reducido.
Aunque es cierto que las instituciones bancarias también suelen ofrecer servicios de factoring, sus procesos tienden a ser más complejos, requiriendo de mayores plazos de tiempo para evaluar las solicitudes recibidas.
No requiere trámites complejos
La misma clase de herramientas de inteligencia artificial que hacen a las fintechs tan eficientes en evaluar solicitudes de factoring, también les ayudan a desarrollar procesos de aplicación mucho más sencillos que no involucren trámites burocráticos largos, pero sin que esto implique un mayor riesgo para las instituciones financieras. Los algoritmos con los que la IA es entrenada le permiten encontrar patrones ocultos con menos información, eliminando la necesidad de revisar grandes cantidades de documentos para procesar adecuadamente a cada solicitud.
Es más accesible que los créditos tradicionales
Las ventajas de velocidad y simplicidad del factoring confluyen en un beneficio que, probablemente, es aún más importante: la accesibilidad, algo especialmente valioso para pequeñas y medianas empresas. Dado que esta alternativa no exige una gran cantidad de documentos y garantías, negocios de menor tamaño pueden aprovechar sus beneficios sin importar la fase de su ciclo de vida en la que se encuentren.
¿Cómo se compara la accesibilidad del financiamiento de facturas con la de los créditos y préstamos bancarios? Mientras que la cantidad de empresas pequeñas y medianas que consiguen un crédito bancario en América Latina suele ser alrededor del 45%, la base de clientes empresariales de los servicios de factoring conforma alrededor del 79% de su total, denotando la facilidad con la que estos negocios pueden recurrir a esta opción.
Genera liquidez inmediata
La rápida aprobación de las solicitudes de factoring implica también la generación inmediata de liquidez, y algunas compañías de tecnología financiera, como Xepelin, llegan a entregar financiamiento en menos de 72 horas. Considerando lo catastrófica que puede ser la ausencia de liquidez en el entorno empresarial, este flujo inmediato de efectivo puede ser de gran ayuda para que las empresas mantengan constantes sus niveles de capital y logren hacer frente a todas sus obligaciones sin complicaciones.
Se utilizan los activos con los que ya se cuenta
En el factoring, los recursos que componen el financiamiento no son externos, sino que son activos con los que ya se cuenta, pero que pueden estar congelados por diversas razones. Además de evitar el endeudamiento, esta característica del adelanto de facturas contribuye a que una empresa pueda aprovechar al máximo los recursos que ya posee, pueda tener un mejor control sobre sus propios flujos de efectivo y logre visualizar qué porcentaje de sus ganancias proviene de flujos internos en lugar de externos.
Elimina los riesgos asociados con pagos atrasados
Los retrasos en cuentas por cobrar son una realidad para la gran mayoría de las empresas y, de hecho, todo tipo de compañías reportaron un aumento en atrasos a lo largo del último año, esto de acuerdo con un informe de PYMNTS. En este contexto, una de las más grandes razones por las que es buena idea recurrir al financiamiento por medio de facturas es que este permite sobrepasar las limitaciones que los retrasos provocan.
Al adelantar el pago de sus facturas pendientes, las empresas pueden reducir los riesgos de liquidez causados por los pagos atrasados, pero sin tener que dejar de ofrecer opciones de crédito o terminar relaciones comerciales con clientes que poseen DPO ligeramente más elevados.
Es flexible
Por su naturaleza, el factoring es una alternativa de financiamiento altamente flexible, ya que sus cantidades dependen completamente de las facturas que se busquen financiar, ya sean estas solo un par o un porcentaje mayor. El factoring le permite a las empresas elegir el monto exacto de recursos que necesita, en lugar de comprometerse a pagar montos fijos de préstamos o créditos que, además, no se pueden aprovechar en su totalidad si se desea mantener un porcentaje bajo de utilización de crédito, algo esencial en la construcción del puntaje crediticio.
En resumen, son muchas las razones por las que la opción de financiarse a través de las facturas pendientes de cobro jamás debería de ser pasada por alto. Si bien es cierto que los créditos tradicionales tienen su lugar, las numerosas ventajas que el factoring ofrece lo convierten en una alternativa importante a considerar, especialmente en los momentos en los que la liquidez es esencial.
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