El ciclo de vida de una PYME es un proceso complejo influenciado tanto por factores externos como internos. Los elementos internos, como la innovación, los procesos, la organización y la cultura empresarial, son cruciales y están bajo el control directo de la empresa. Pero, para sobrevivir y prosperar, también influyen los factores externos que están fuera del control de la empresa, ya que están insertas en un mercado caracterizado por exigencia, cambios y competitividad.
Esto requiere de la modernización de las capacidades de la empresa para incrementar tanto la productividad, así como la rentabilidad, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de sus empleados y ofreciendo productos de alta calidad y con valor agregado, pero ¿cuándo sería el momento ideal para una transformación?
Conocer el ciclo de vida de una PYME es fundamental para entender cuándo actuar y qué recursos están disponibles, esto te permite hacer proyecciones precisas, prepararse para ciertos eventos o temporalidades y planificar estrategias efectivas de financiamiento. Tener una visión clara de los desafíos y oportunidades que se vienen es clave para la perdurabilidad del negocio. Cada etapa presenta características y desafíos únicos, y es esencial que las Pymes estén conscientes de estos para planificar y prepararse adecuadamente.
Iniciativa
La iniciativa se caracteriza por el nacimiento de un concepto de negocio innovador, donde se identifica una oportunidad de mercado. Es el punto de partida donde surge una idea o una oportunidad de negocio. Aquí, se identifican las necesidades del mercado y se genera una propuesta de valor única, a partir de las brechas y necesidades no satisfechas, analizando las tendencias actuales de la industria, evaluando la competencia y midiendo la demanda potencial de su producto o servicio.
La etapa inicial, por lo tanto, es mucho más que el comienzo de un negocio; es la cristalización de una visión, el punto de inflexión donde una idea se transforma en un plan de acción concreto y prometedor. Se definen los objetivos, se fijan estrategias y se valoran programas para comenzar un proyecto. Incluso se comienzan a recolectar o tramitar papeles y se genera un plan de acción y administrativo sencillo para la formalización de un negocio.
Durante esta fase los esfuerzos se enfocan en la planificación, direccionamiento y se sientan las bases del desarrollo del emprendimiento.
Emprendimiento
Una vez concluido el proceso burocrático de formalización de una pyme, comienza la etapa de emprendimiento, donde se determinan las tareas necesarias para progresar y cuánto se puede cubrir de producción, alcance, servicio, producto, etcétera. Se especifican roles, se diseñan presupuestos y se establece una estructura organizativa sencilla, definiendo quién rinde cuentas a quién y quién toma las decisiones. Además, se establecen procedimientos claros y se asignan los recursos necesarios.
Durante estos primeros años de funcionamiento, el emprendedor o los fundadores van asumiendo múltiples roles, trabajando para materializar su visión y poner en marcha el negocio. Esta fase está llena de desafíos y aprendizajes, donde el foco principal está en la ejecución de los planes operativos, la búsqueda de recursos y humanos, y la superación de obstáculos iniciales.
Es fundamental aprender a gestionar eficazmente los recursos de la empresa, construir una marca fuerte que se diferencie de la competencia y buscar activamente oportunidades de crecimiento y expansión y conocimiento de la marca.
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Desarrollo
En la etapa de desarrollo, la empresa ya ha logrado cierta permanencia en el mercado, ya cuenta con una base de clientes establecida y mucha motivación por continuar y mejorar el trabajo. Se implementan estrategias de comunicación de producto más complejas para ampliar el alcance y se desarrollan métodos para la resolución de conflictos. Además, se alinea a todos los colaboradores hacia un objetivo común.
Esta fase se caracteriza por un nivel de estabilidad y crecimiento inicial. Los clientes comienzan a reconocer la marca y la empresa busca consolidar su posición en el mercado. Incluso puede haber inversiones, algunas menciones en medios de prensa y mejoras en los procesos internos para lograr una mayor eficiencia operativa.
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Crecimiento
Una vez superados los desafíos iniciales y establecida en el mercado, la empresa entra en una fase de crecimiento. Aquí se plantea una nueva organización para el futuro y se define la dirección a seguir. Se busca expandir su alcance y reconocimiento, aumentar la producción, captar nuevos clientes y diversificar la oferta de productos o servicios. Se adoptan estrategias de marketing y ventas más agresivas, y se pone un énfasis particular en fortalecer la presencia en publicidad, ya sea en redes sociales o distintos medios de comunicación.
La visibilidad en línea se convierte en un pilar fundamental, ayudando a forjar la voz de la marca y a establecer una conexión más profunda con el público objetivo. En esta etapa, la marca comienza a ganar una identidad más definida y reconocible. Se trabaja en la construcción de una imagen de marca coherente y atractiva, lo que incluye desde la estética visual hasta el tono y estilo de comunicación. Este esfuerzo ayuda a diferenciar la empresa en un mercado competitivo y a construir una base de clientes leales.
Aquí suelen ampliar su oferta de productos o servicios, ingresar a nuevos mercados, crear relaciones comerciales en el extranjero o aumentar su fuerza laboral. Incluso, para gestionar este crecimiento de forma eficaz, es crucial invertir en la adopción de nuevas tecnologías, la mejora de procesos internos y el enfoque del personal para manejar nuevos retos.
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Madurez
En esta etapa, la empresa ha alcanzado un crecimiento sustancial y se sitúa en una posición estable en el mercado. Se centra en fortalecer su estructura organizativa, mejorar procesos internos, establecer alianzas estratégicas y desarrollar una marca sólida. Ha alcanzado un nivel estable y consolidado, manteniendo relaciones estables con clientes y proveedores. Esta fase se caracteriza por tener suficiente información que indica el desempeño de la empresa y una comprensión clara de la dinámica y el entorno en el que opera.
Las estrategias se centran en la mejora continua, la fidelización de clientes, la diversificación de las líneas de negocio, la adopción de nuevas tendencias tecnológicas. La rentabilidad es consistente y se busca mantener la posición competitiva. Las empresas en esta etapa suelen tener una estructura organizativa bien definida, con funciones y responsabilidades claras para los empleados, por lo que ya han establecido sistemas y procesos para gestionar sus operaciones de manera efectiva.
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Declive
El declive puede ser provocado por diversos factores externos como cambios en las regulaciones gubernamentales, deterioro económico del país, cambios sociales, políticos o tecnológicos, e incluso tendencias mundiales o eventos como pandemias y fenómenos naturales.
En esta etapa, la empresa comienza a enfrentar desafíos y dificultades que amenazan su continuidad. En este momento crítico, se exploran alternativas para superar el declive, como reestructuraciones, reducción de costos o cambios en la estrategia o incluso la consideración de un cierre ordenado. Las opciones disponibles para la empresa pueden incluir la venta, la liquidación o la transformación.
Algunas pymes entran en una fase de declive que puede llevar al cierre debido a intensa competencia, evolución de preferencias del consumidor, obsolescencia de productos, mala gestión financiera o falta de innovación. Reconocer signos de declive desde el principio es crucial para tomar medidas correctivas. Con estrategias efectivas y una mejora en la toma de decisiones financieras, algunas empresas pueden revertir la trayectoria descendente y volver al crecimiento.
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Reinvención
En la etapa de reinvención, se deben concebir nuevos procesos administrativos como un sistema integral, más complejo, interactivo, flexible y dinámico; que sea inherente al conjunto de la organización y a cada una de sus áreas funcionales. Esto incluye el proceso administrativo, operativo, contable, desarrollo humano y comunicación.
Para ser atractiva para inversionistas e instituciones financieras, la empresa debe incrementar el valor de los aportes tecnológicos, un diferenciador clave que resuelva eficazmente los problemas que presenta un mercado determinado. En esta etapa crítica, la empresa busca nuevas oportunidades y formas de reinventarse, identificando nichos de mercado no explorados o adoptando nuevas tecnologías y modelos de negocio que ayuden a revitalizar la empresa. Se realizan cambios significativos y se toman decisiones duras para adaptarse a un entorno cambiante.
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¿Cómo el financiamiento te ayuda a alargar la esperanza de vida de tu pyme?
El principal desafío que enfrentan las pymes radica en que solo el 25% sobrevive a sus primeros dos años, según un estudio realizado por Bloomberg. Algunas no logran avanzar más allá de las primeras o segundas etapas de vida. Esto ocurre porque muchos emprendimientos carecen de los recursos financieros necesarios para mantenerse en el mercado y protegerse de las fluctuaciones temporales.
Es fundamental que cualquier pyme se fortalezca y consolide en su mercado, estableciendo un control efectivo de gastos e ingresos, objetivos a corto y largo plazo, y planificando estrategias adaptadas a su entorno para mantener un nivel adecuado de competitividad.
Por ello, las pymes deben contar con un aliado financiero que les permita controlar sus actividades, realizar un análisis propio de su desempeño y entorno, y mantenerse a flote hasta que la economía se recupere y mejore la demanda. Existen diversos tipos de financiación disponibles, como préstamos, subvenciones e inversiones de capital. La elección del tipo de financiación más adecuado dependerá de varios factores. Por ejemplo, el factoring ofrece una opción que no genera deuda, sino que permite administrar cuentas por cobrar y pagar según las necesidades de la empresa, como el Financiamiento Directo, ya sea que quieras adelantar el cobro de tus facturas o quieras posponer el pago de facturas emitidas como Payments, y tú puedes controlar en cuántos plazos lo financias, con fácil respuesta y con fácil control.
Para mantener el éxito en esta etapa, tu pyme debe tener estabilidad financiera, para siempre adaptarse a las tendencias cambiantes del mercado. Calcula tu crédito y descubre cómo podría ayudar a tu negocio o simula el Financiamiento Directo de Xepelin y accede a un crédito ágil y adaptado a tus necesidades.
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