Las opciones de crédito tradicional continúan siendo populares para muchas empresas, pero esto no significa que sean la solución adecuada para cada situación, especialmente en un entorno en constante cambio en donde se necesita financiación más ágil y adaptable.
Lo cierto es que el crédito tradicional jamás dejará de ser relevante, pero, actualmente, es buena idea conocer qué otras alternativas de financiamiento existen para responder a cada escenario de una manera suficiente y rápida, pero sin contraer deuda excesiva.
¿Por qué es esto tan importante? Aquí exploraremos la respuesta a esta pregunta hablando sobre lo que el crédito tradicional representa, lo que puede y no puede hacer, y las opciones capaces de sustituirlo exitosamente en varios casos.
¿Qué es un crédito tradicional?
En pocas palabras, el concepto de crédito tradicional abarca todos los créditos simples o revolventes ofrecidos por instituciones bancarias tradicionales (bancos), otorgados y administrados bajo un sistema financiero clásico.
Esto parece no decir mucho de las características que esta clase de productos financieros poseen, pero basta con identificar las características del sistema que los ofrece para conocerlas.
¿Cómo opera el sistema financiero tradicional?
Opera bajo un enfoque central en procesos y en proteger a instituciones contra riesgos de impago, originado desde hace décadas por pioneros del sector bancario y heredado a lo largo del tiempo a los bancos modernos.
Como resultado, sus productos que ofrece suelen ser ofrecidos bajo estas condiciones:
- Requisitos elevados diseñados para proteger a cada banco de clientes de alto riesgo, los cuales disminuyen la accesibilidad de servicios financieros.
- Trámites presenciales creados para brindar mayor seguridad y evitar fraudes, pero que pueden ralentizar la entrega de financiamiento.
- Papeleo complejo y manual que busca garantizar procesos de solicitud y entrega de crédito más seguros, pero sacrifica velocidad.
- Costos elevados que buscan compensar ciertos riesgos que los procesos manuales de due diligence no pueden evaluar.
- Rigidez en materia de montos y condiciones, algo que protege a instituciones, pero no es tan conveniente para los clientes.
Cabe mencionar que este enfoque es lo que le ha permitido a los sistemas bancarios tradicionales establecerse como aliados confiables y que estas características suelen no afectar la experiencia de grandes clientes corporativos que pueden respaldar su estado financiero.
No obstante, este mismo enfoque también es responsable de entorpecer el acceso a financiamiento en muchos casos, especialmente para empresas más pequeñas o con menor tiempo de operación que no pueden comprobar su nivel de riesgo tan fácilmente.
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¿Por qué no siempre es buena idea depender del crédito tradicional empresarial?
Tomando todo esto en cuenta, puede no ser buena idea depender del crédito tradicional en circunstancias en las que la velocidad y flexibilidad son prioridades, ya que tener acceso a estos productos puede ser un proceso lento, y es difícil que estos puedan adaptarse a las necesidades cambiantes de capital de algunas empresas, como startups.
Además, compañías de menor tamaño o menor antigüedad pueden encontrar barreras de entrada, montos insuficientes e intereses elevados al recurrir a estas opciones, incluso si se encuentran en un buen estado de salud financiera, puesto que no cuentan con registros suficientes para comprobar bienestar a largo plazo.
En estos escenarios, depender, completamente, del crédito tradicional puede crear problemas de liquidez, generar deuda excesiva y ralentizar la toma de decisiones financieras basadas en un nivel de capital de trabajo estable.
¿Qué opciones existen más allá del crédito tradicional?
Si el crédito tradicional no siempre es la mejor opción, ¿qué otras opciones existen? La lista de productos financieros alternativos es larga, pero estos son algunos de los más destacables:
Crédito digital
Los créditos digitales funcionan exactamente de la misma manera que los créditos simples y revolventes, pero son gestionados de manera 100% digital, con trámites en línea.
Adicionalmente, son ofrecidos por instituciones de tecnología financiera (fintech) capaces de brindarlos de manera más flexible gracias a una infraestructura tecnológica que les permite evaluar el nivel de riesgo de cada solicitante de forma más precisa, pero con menos datos.
Factoraje financiero o factoring
Consiste en adelantar el cobro de facturas a crédito para conseguir un flujo inmediato de liquidez que suele ser devuelto a corto plazo (en un plazo de hasta 120 días), una vez que el cliente receptor de la factura a crédito realiza el pago correspondiente.
En realidad, es un producto que forma parte de la oferta de instituciones tradicionales, pero ha sido popularizado y optimizado por el sector fintech, el cual lo ofrece de manera digital y con menos requisitos.
Confirming
También conocido como factoring inverso, consiste en financiar las facturas de proveedores para postergar su pago con recursos propios por un periodo extra de tiempo. Esto, con el propósito principal de poder realizar compras necesarias sin afectar el flujo de efectivo.
Al igual que sucede con el factoraje, es un producto que se puede encontrar en ciertos bancos, pero la forma más rápida de acceder a él es por medio de una fintech.
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Características del financiamiento alternativo
Las razones por las que las alternativas anteriores son relevantes en situaciones en las que el crédito tradicional puede no serlo, es porque, a diferencia de este, poseen estas características:
- Flexibilidad para adaptarse a los montos y plazos de cada cliente. Por ejemplo, el factoring permite financiar un número personalizado de facturas, en lugar de adherirse a montos fijos.
- Accesibilidad debido a menores barreras de entrada. Los créditos digitales tienden a estar respaldados por sistemas electrónicos de due diligence que pueden detectar niveles de riesgo de manera más acertada, pero con menos información, dándole a empresas más pequeñas la oportunidad de aplicar a ellos exitosamente.
- Agilidad y conveniencia, gracias a sistemas de análisis de riesgo más precisos que no requieren documentación extensa o trámites presenciales.

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