En abril de 2025, el Fondo Monetario Internacional anunció una fuerte revisión a la baja de su pronóstico de crecimiento para México. La alerta se encendió cuando la proyección del PIB se redujo de 2.5% a apenas 0.6%, lo que generó preocupación en distintos sectores. Esta revisión refleja un entorno económico deteriorado, tanto a nivel global como local, en el que ya se observa menor inversión, desaceleración del consumo y tensiones comerciales persistentes.
La última recesión en México ocurrió en 2020, derivada de la pandemia por COVID-19, cuando el PIB se contrajo 8.2%. A diferencia de esa crisis sanitaria, la actual amenaza tiene raíces económicas y políticas más estructurales, ligadas al entorno internacional y a decisiones internas de política fiscal y comercial.
Aunque aún no se confirma oficialmente, los indicadores apuntan a una posible recesión técnica. Para las pymes, este escenario plantea nuevos desafíos: menor liquidez, consumo contenido y acceso más complejo a financiamiento.
¿Se avecina una recesión en 2025?
Todo indica que sí. La combinación de factores externos como la guerra comercial entre EE. UU. y China, presiones internas y una menor inversión, consumo y demanda están debilitando el ritmo económico del país. La actividad industrial ya muestra señales de contracción, y los sectores más dependientes del comercio internacional han reducido su ritmo de crecimiento.
¿Cuál es el pronóstico económico para México en 2025?
El FMI espera un crecimiento económico de solo 0.6% para México en 2025. Este número, muy por debajo del 2.5% estimado previamente, refleja el impacto de varios factores simultáneos: un contexto global inestable, tasas de interés elevadas, tensiones comerciales y menor inversión privada.
Este nuevo pronóstico sugiere que, si la tendencia actual no se revierte, México podría entrar en una recesión técnica a mediados del año. Esto tendría consecuencias directas sobre el empleo, el consumo interno y el acceso al crédito para empresas, especialmente para las pymes, que ya operan con márgenes ajustados.
¿Habrá recesión en 2025?
Aunque aún no se declara oficialmente, el estancamiento económico y la caída en indicadores clave como inversión fija bruta, producción manufacturera y confianza del consumidor respaldan ese escenario. Las decisiones políticas y fiscales en los próximos meses serán determinantes para evitar o confirmar ese rumbo.
¿Cuál es la previsión del PIB de México para 2025?
La estimación más reciente del Fondo Monetario Internacional sitúa el crecimiento en apenas 0.6%. Esto implica que el país crecería por debajo de su potencial, y muy lejos del nivel necesario para generar empleos y mantener estables las finanzas públicas. La previsión anterior era de 2.5%, por lo que el ajuste es significativo.
¿Qué significa esto para tu empresa?
Una recesión puede afectar tus ventas, tu acceso a financiamiento y tu relación con proveedores y clientes. Las pymes suelen estar más expuestas, ya que tienen menos colchones financieros y mayor dependencia del flujo operativo.
Algunas empresas están comenzando a revisar sus gastos, fortalecer relaciones clave y explorar nuevas vías de liquidez de corto plazo que permitan operar con estabilidad sin comprometer el futuro.
En lugar de recurrir a deuda riesgosa o recortes abruptos, algunas optan por estrategias más sostenibles: anticiparse a necesidades de capital operativo y evaluar fuentes alternativas de financiamiento diseñadas específicamente para enfrentar ciclos económicos más complejos. Estas herramientas pueden brindar un margen de maniobra sin generar presiones innecesarias sobre la salud financiera del negocio.
¿Cómo prepararse para una posible recesión?
No se trata de frenar por completo, sino de anticiparse con decisiones más conservadoras y flexibles. Algunas empresas están priorizando un seguimiento más cercano al flujo de efectivo, ajustando su oferta a los productos o servicios que tienen mayor rotación y renegociando condiciones con proveedores clave.
También comienzan a evaluar vías de financiamiento que les permitan mantener operaciones sin comprometer su liquidez, como el factoring o el confirming.
Tener claridad sobre los márgenes reales del negocio y monitorear el desempeño financiero mes a mes se vuelve una herramienta esencial para evitar decisiones reactivas y poder adaptarse a tiempo.

Indicadores que muestran si tu empresa está preparada
Una empresa que puede operar al menos tres meses sin ingresos adicionales, con clientes distribuidos en distintos sectores, baja exposición a deuda en moneda extranjera y resultados operativos estables durante los últimos dos trimestres, tiene mejores condiciones para enfrentar una recesión.
También es una buena señal contar con una estrategia clara para mantener ingresos recurrentes, mantener costos controlados y responder con agilidad a cambios en el entorno económico.
Si tu empresa cuenta con lo siguiente, es probable que tenga mejores condiciones para sortear una recesión:
- Buen nivel de liquidez para operar al menos tres meses sin ingresos adicionales.
- Diversificación de clientes o sectores, sin alta concentración en uno solo.
- Baja dependencia del financiamiento externo o deuda en moneda extranjera.
- Flujo operativo positivo durante los últimos dos trimestres.
- Estrategia clara para priorizar ingresos recurrentes o esenciales.
Estos factores no garantizan inmunidad, pero sí marcan una diferencia al momento de enfrentar un ciclo económico adverso.
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